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martes, abril 23, 2024

Recuerdan a Jorge Murad, el “mejor alcalde la Puebla”

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A 36 años de su partida, el legado que le dejó Jorge Murad Macluf a sus extrabajadores en el Ayuntamiento de Puebla, colaboradores, familiares y para las posteriores administraciones municipales fue uno en especial: la búsqueda de trascender en el tiempo.

Para Silvia Tanús Osorio, amiga muy cercana del presidente municipal de Puebla en el periodo 1984-1987, el legado que dejó Jorge Murad no solo se observa en las obras que dejó en la ciudad, en las acciones que fueron los cimientos para el patrimonio de la capital, o la ideología que practicó de incluir a la ciudadanía en las acciones del gobierno.

Pero su legado, su trascendencia, también se ve reflejada cada año cuando sin falta su círculo cercano de amigos, colaboradores y familiares se concentran en el Parque de las Ninfas –frente al homenaje erigido en su honor– para recordar su vida, sitio que buscarán que lleve su nombre en un futuro cercano.

En la cita estuvieron sus amigos más cercanos. En primera fila, al centro de los asientos, el exgobernador Melquiades Morales Flores con un temple solemne guardaba respeto a su viejo amigo.

A su derecha, Silvia Tanús, en su carácter de secretaria general del Ayuntamiento de Puebla y representante del alcalde Eduardo Rivera Pérez, era la encargada de dirigir las palabras para el homenajeado.

A un lado de ella, Lorenzo Rivera Sosa y sus familiares también se hacían presentes, recordando que además de la ciudad de Puebla, Jorge Murad tuvo un impacto en la vida de los municipios de Ciudad Serdán y Chignahuapan.

Al costado izquierdo, sus hijos y nietos, estoicos, como cada año, recordando su memoria y su trayectoria, lo que dejó a la ciudad y con lo que se construyó lo que ahora es la Angelópolis. Todos acompañados por la Orquesta Municipal de Puebla.

“Estoy segura que entre sus múltiples metas que él tuvo y que lo hace sobresalir entre muchas personas es el deseo que tenemos los que nos dedicamos a la actividad política y al magisterio, que casualmente se unen porque en el Benemérito Instituto Normal del Estado nos enseñaron a muchos que somos maestros que cuando vayamos a una comunidad, estemos frente a un grupo vamos a cambiar la realidad social, y precisamente creo que la labor de un político es cambiar esa realidad social, pero como seres humanos tenemos un deseo superior, que es el deseo de trascender, de dejar algo para los que vienen atrás de nosotros”, resaltó Silvia Tanús.

En su camino a la trascendencia, por las buenas acciones y no por la ausencia de ellas como le ha pasado a exalcaldes poblanos, fueron las obras que marcaron las bases del desarrollo de la ciudad.

La Central de Abastos, la Central de Autobuses de Puebla –conocida como la Capu– y la construcción de cinco mercados de apoyo para los comerciantes –mercados Unión-Hidalgo, Zapata, Independencia, Morelos y Zaragoza–, formaron parte fundamental de su visión sobre el crecimiento que debía tomar Puebla al final de la década de los ochenta.

Sus obras, como lo planteó Silvia Tanús, dejaron las bases para la declaratoria de la ciudad de Puebla como Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la Unesco, pues a través de ellas se logró el rescate del Centro Histórico de Puebla y de su mercado La Victoria que estaba invadido por más de seis mil vendedores ambulantes.

“El bienestar de todos exige que entre el Ayuntamiento y los habitantes del municipio existan compromisos que nos permitan equilibrar crecimiento y desarrollo, libertad y responsabilidad, modernidad y calidad de vida, todos fueron convocados al trabajo para formar un solo equipo, mujeres y hombres, asociaciones, colegios, profesionales, cámaras empresariales, sindicatos, clubes de servicio y deportivos, instituciones educativas y de beneficencia”, dijo Jorge Murad en su segundo informe de labores.

Aunque las críticas llegaron a su gestión, el legado de Jorge Murad permaneció hasta estos dos, la participación de todos los sectores de la sociedad por un proyecto en común, el de Puebla.

Así, entre amigos que creyeron en su visión se recordó un año más el legado de un gobernante que no pudo concluir su periodo, pero que su legado permaneció para recordarlo.

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