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jueves, noviembre 21, 2024

“Quien diga ahorita que ya está decidido todo, miente. No hay nada para nadie”: Olivia Salomón

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Olivia Salomón habla en esta entrevista de su trayectoria como funcionaria de un gobierno de la 4T. Y cuenta cómo el gobernador Miguel Barbosa la convenció de que participara con él en su administración. 

El tema de la sucesión ocupó un lugar destacado en la conversación que tuvimos en sus oficinas. Y por momentos sus ojos brillaron cuando abordamos el punto toral de estos días en Puebla: la coordinación de los comités de defensa de la 4T. 

Empresaria de origen, estudiante de escuelas públicas, Olivia no es la misma que fundó y consolidó “La vista” como uno de desarrollos inmobiliarios más importantes del país. Algo ha cambiado en ella. Y eso queda de manifiesto en esta conversación. 

 

¿Cómo conoces al gobernador Miguel Barbosa? 

Siendo gobernador electo me habló un día para invitarme a su casa de campaña, que era un hotel. Llena de dudas, fui a verlo. Rafa, mi esposo, estaba en Acapulco. Cuando le avisé, me dijo: “Pues ve, ¿no?”. Fue una sorpresa para mí que me invitara a ser su secretaria de Economía. 

 

¿Cómo te lo dijo? 

Así, de pronto: “La quería conocer —dijo—. Me han dicho que usted puede ser mi secretaría de Economía. Me ha costado mucho trabajo encontrar un buen perfil en el tema empresarial. Necesito inversión privada. Necesito que te salgas al mundo a hablar de Puebla, a promover Puebla, y que traigas inversión. Tu perfil abona a esto”.  

Recordarás que no sabíamos a qué se refería el presidente López Obrador cuando hablaba de la 4T. Te entraban muchas dudas. Corrían muchas historias, muchos rumores… 

 

En el sentido de que México se iba a volver Venezuela. O Cuba. 

Así es. Y mira lo que son hoy el país y el estado. Por ejemplo: la inversión extranjera directa ha llegado a números históricos.  

 

¿Saliendo de esa reunión con el gobernador le hablas a don Rafa? 

Le hablo a Rafa, y le digo: “Oye, ¿qué crees que pasó?”. Y le platiqué. Me dijo que no me preocupara. Al gobernador le había dicho que lo iba a pensar. Tenía que irme de viaje a Italia a firmar los contratos de unos proyectos que íbamos a hacer. Eso le dije al gobernador, pero la toma de protesta era a los quince días. Rafa regresó de inmediato y comimos con los hijos el domingo siguiente. También estaban mis papás. Él les platicó el tema y lo puso a votación. Todos dijeron que no, menos Rafa. Fue el único que dijo que sí.  

 

¿Hasta tus papás dijeron no? 

Todos. Me decían que qué iba a hacer en la política. Rafa, muy entusiasmado, me dijo que debía tomar esa oportunidad. Hoy reconozco la sabiduría de Rafa. Estábamos en una situación en la que ya tienes resueltas las cosas. 

 

“La vista” ya era un éxito brutal, ¿no? 

Claro. Realmente él quería que nos fuéramos a viajar una larga temporada. Sin embargo, vio una oportunidad en mí como mujer que yo no visualizaba en ese momento. Era como salir de tu zona de confort y entrar, con temor, a lo desconocido. Lo más cómodo era quedarme donde estaba.  

 

Te encontrabas en el mejor lugar. Habías hecho de “La vista” un enorme logro. Y tomaste el riesgo. 

Y no me arrepiento. 

Cuando ingresas al gabinete del gobernador Barbosa hubo críticas de los morenistas puros, de los duros, de los más radicales 

Pues yo nunca las escuché.  

 

Voces que decían… 

Yo nunca las escuché.  

 

Había voces que decían que Olivia Salomón era fifí, conservadora: una mujer que no entiende la 4T.  

Claro. Seguramente lo decían por el lugar en el que he trabajado, por el concepto de “La vista Country Club”. Por supuesto que pensaban que eso era yo, que ésa era Olivia, pero la realidad es que Olivia es muchas Olivias. Olivia es una poblana, una mujer de trabajo, de cultura, del Centro Escolar. Más poblana no puedo ser. Y, además, de lucha. Yo me identifiqué muy rápido con la gente en el tema de la transformación. A mí no me cuesta ningún trabajo entender la 4T. 

 

Ya hasta fuiste a tomar el curso básico de la 4T con el Fisgón y Pedro Miguel, ¿no? 

Claro. Pero al final de cuentas, Mario Alberto, tuve la oportunidad de una buena educación pública. Eso fue básico. Y he trabajado toda mi vida. El presidente suele decir que el servicio público es llegar a servir, no a servirse. Hay políticos cuya lucha se reduce a llegar a un puesto. Y se pasan toda la vida queriendo ser diputados, senadores, secretarios, lo que tú quieras. Cuando llegan al puesto político pareciera que ahí acabó todo, que ése es el propósito final. Y ves a un montón de gente sentada en el puesto sin hacer nada. Se la pasan echando café para ver ahora cuál es el siguiente puesto. Se ha perdido el propósito del servicio público. 

Cuando el presidente habla de la corrupción está hablando del servicio público, está hablando de la revolución de las consciencias. Hay que decirlo: habíamos normalizado la corrupción.  

 

Todo se normaliza. 

Y no debemos permitir normalizar la corrupción ni la violencia.  

 

Tras la muerte del gobernador Barbosa llega el gobernador Sergio Salomón. Él era parte de los aspirantes a la candidatura de Morena.  

Sí.  

 

Para el 24.  

Sí. 

 

El propio gobernador Barbosa te había destapado a ti. 

Sí.  

 

También a Sergio Salomón. Digamos que eran contendientes. ¿Cómo se da ese cambio? 

Cuando andábamos en estas giras de las asambleas aquellas de los fines de semana, donde íbamos varios hombres y yo, como mujer, la verdad es que el entonces diputado Sergio Salomón siempre fue muy amable. Eran mis primeras asambleas. Yo nunca había ido a hablar en público en una asamblea de mil personas, o de dos mil. Era algo que estaba conociendo. Y él siempre fue extremadamente amable conmigo en esa circunstancia.  

 

No era cualquier público al que se enfrentaban. Era un público morenista. Estabas acompañada por algunos luchadores sociales de Morena. 

Exactamente  

 

¿Cómo transformar el lenguaje? ¿Cómo le hablas a la izquierda desde el empresariado? Fue difícil, ¿no? 

Por supuesto. Pero hay una alternativa: tienes que ser auténtico. Y yo te digo que estoy en un gobierno de Morena, y con la visión de la transformación, porque creo en esto.  

 

En ese contexto conoces a Claudia Sheinbaum. ¿Cómo se da ese primer encuentro?  

Porque al final don Miguel se decanta por ella. 

Fue de los primeros gobernadores en hacerlo. 

Fue el primero. Y es el primero que dice: “vamos con todo”. Y vamos con la doctora con todo.  

 

Tú ya tenías idea de quién era. 

Claro. Y yo, sin experiencia en esto, le decía: “oiga, gobernador, ¿y qué dirá el presidente?”. Recuerdo sus palabras: “el presidente nunca, jamás, va a decir es ella o es él. Nunca. Pero yo estoy convencido de que es Claudia”. 

Y pues nos fuimos por ella. Primero hubo muchas asambleas previas. Fuimos caminando el estado para apoyarla. Después vino este primer evento que le hace, que se le hace en Puebla, donde hubo 20 mil personas. 

 

¿Ahí la conoces?  

Ahí la conozco. Fue muy especial porque veníamos caminando todos. A mí me impresionó cómo, al igual que al presidente, la gente la abrazaba, le gritaba porras, no la dejaban pasar, se tomaban “selfies” con ella… En ese marasmo, ella me pide que la acompañe a una sesión de entrevistas. Y ahí estuvimos platicando. Estaba quien va a ser su esposo —Jesús María Tarriba—. Y empezamos a platicar los tres. Ahí empezó una relación. Después fuimos a comer con empresarios. Y ella me pide que le cuente sobre algunos proyectos nuestros. Y dice: “a ver explícame, de qué se trata esto”. Entonces empezamos a platicarle de algunos proyectos nuestros. Me pidió que viera a su secretario de Desarrollo Económico. Y empezamos a trabajar en varios sentidos. De ahí viene, digamos, la cercanía, la empatía, y el que haya conocido lo que estábamos haciendo en Puebla.  

 

¿Y hubo un clic? 

Un clic. Por supuesto. Es una mujer extraordinaria. Yo la admiro mucho. Es científica, muy inteligente. Una gran ejecutiva. Va a ser una gran presidenta de México.  

 

¿Y cómo te ve a ti?  

Creo que me ve como una mujer trabajadora. Ella es muy cálida con las mujeres.  

 

¿Ya te sientes dentro de la sucesión poblana? 

Pues fíjate qué agradecimiento debo tener a las poblanas y a los poblanos porque, al final, el que yo esté aquí se debe a que reconozcan el trabajo que haces. 

¿Pero te sientes dentro? 

Pues sí. Es bonito pensar que el trabajo que estás haciendo te pone en esta posición. Cuánta gente ha luchado por esta oportunidad que hoy se me da a mí. Por lo menos estar ahí, en el juego. Puedes escudarte muy fácil y quedarte en tu zona de confort. Por ejemplo: terminar como secretaria de Economía. Hoy que es tiempo de mujeres, y se abre la posibilidad, tienes que dar el paso. Es una gran responsabilidad. Muy grande.  

 

Empezabas a hablar de la sucesión y parpadeó la luz que está atrás de ti. (Risas). 

¿En serio? (Risas) Ah, me parece muy bien.  

 

¿Es una señal? 

No sé. Tú estás viendo. Tú estarás viendo la señal, ¿no? (Risas). 

 

Hay gente de los otros equipos que me han dicho: “cuidado con Olivia”.  

Pero, ¿cuidado como de qué? 

 

Cuidado como de que no hay que perderte de vista. Cuidado como de que Olivia tiene potencial y está creciendo. ¿Te sientes así? ¿Sientes que estás creciendo?  

Yo acabo de empezar mi carrera y voy volando porque no hay tiempo. Lo primero es que uno tiene que ser congruente. Yo sí quiero ir por la aspiración política. Entonces cierra tu ciclo como secretaria de economía con total responsabilidad. Yo no estoy de acuerdo en eso de que no renuncien algunos. 

 

¿Tú quieres que renuncien todos los aspirantes a sus cargos de elección popular? 

No es que yo quiera. Ya lo dijo el presidente: no es legal, no es moral.  

 

Pero las bases de la convocatoria no lo exigen. 

El presidente lo acaba de decir. Esto no se trata de lo legal, se trata de lo moral. ¿Por qué? Pues porque de eso se trata la transformación: de que dejemos de hacer las cosas como antes.  

 

Tú sí renunciaste al cargo, y cerraste muy bien: con el anuncio de la mayor inversión extranjera en Puebla.  

Eso no fue sencillo. Nos tomó tiempo. Yo le agradezco mucho al gobernador Sergio Salomón el que me haya dado la oportunidad de tener el tiempo para poder cerrar todo esto. Porque nosotros sabíamos de mis aspiraciones muchos meses antes, ¿no? Tenía que concluir cosas. Yo como servidora pública no iba a manchar el gobierno. No iba a exponerme a que dijeran: está usando recursos públicos para promoverse. Para ser hay que parecer, y yo quiero ser la coordinadora de los comités de defensa de la 4T en Puebla. 

 

Hablas como si supieras algo. ¿Alguien te ha dado una señal?  

(Risas). Quien diga ahorita que ya está decidido todo, miente.  

 

¿No hay nada para nadie?  

No hay nada para nadie.  

 

¿Claudia Sheinbaum te ha dicho algo?  

¡No, no! La doctora sabe perfectamente de mi aspiración, pero no me ha dicho nada. 

 

¿Lo has platicado con ella?  

Sí. Y no ahorita. Lo platicamos desde las primeras asambleas. 

¿Qué te dijo?  

Pues que qué bueno que las mujeres se sumen.  

 

¿Con Manuel Bartlett te sigues viendo?  

Sí, claro, don Manuel es alguien que yo respeto mucho. 

 

¿Han hablado del tema? 

No. Para nada. Don Manuel es un poco familia, porque Julia Abdala es tía de mis hijos. Entonces tenemos una relación familiar. El 24 de diciembre él estuvo aquí. Pasamos la navidad juntos. Lo vi en otro momento como secretaria de Economía. Fui a verlo por temas de trabajo.  

 

¿Y no hablaron de este tema?    

No es un tema que se hable con don Manuel.  

 

¿Qué hubiera dicho Rafael Moreno Valle Rosas, el exgobernador, al verte tan metida en el tema de la sucesión? 

No tengo ni idea. 

 

¿Te llevabas bien con él?  

Pues Rafael fue sobrino de Rafa, mi esposo. Rafael fue testigo en mi boda.  

 

¿Te llevabas bien con él?  

En ese tiempo, sí. 

 

¿Te llegó a invitar a su gobierno?  

No. Jamás, no. Nosotros nos alejamos de Rafael cuando deja el PRI y se va a contender por el PAN. En ese momento hay una gran ruptura familiar. En ese tiempo no se usaba que te cambiaras de partido. Eso nos alejó como familia de Rafael durante el tiempo que él fue senador y, después, gobernador.  

 

¿Todo el tiempo? 

Todo el tiempo. No había ninguna relación con Rafael. El último año de su gobierno hubo un tema. Y ahí es donde Rafa, su tío, mi esposo, se vuelve a reunir con él para tratar algo que debían tratar. Y en ese momento se reanuda la relación. Por supuesto que la relación nunca volvió a ser la misma porque ya había un alejamiento muy grande, muy importante.  

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