De jueves a domingo, Puebla vivió una de las celebraciones de mayor auge en México y América Latina: la Semana Santa. La Procesión de Viernes Santo en el Centro Histórico de Puebla reunió a más de 160 mil asistentes, mientras que eventos como el viacrucis en la junta auxiliar de Romero Vargas y la Procesión de los Engrillados en Atlixco también registraron gran participación.
Procesiones en Puebla Capital
La parroquia de Nuestra Señora del Camino, en la Reserva Territorial Atlixcáyotl, organizó un recorrido donde cerca de 500 personas caminaron cargando tres cruces, reafirmando su fe.
Desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, la comunidad celebró con misas, viacrucis y adoraciones. El Jueves Santo, la conmemoración de la Última Cena culminó con la adoración al Santísimo Sacramentoentre las 22:00 y 23:00 horas. El Viernes Santo inició con un viacrucis a las 9:00 a.m., y el Sábado Santo se celebró la Vigilia Pascual con encendido de cirios a las 18:00, 20:00 y 22:00 horas.
Este Viernes Santo, siete imágenes sagradas recorrieron las calles del Centro Histórico: el Señor de las Maravillas, Jesús de las Tres Caídas, Jesús Nazareno de San José, Jesús de la Misericordia, la Virgen de los Dolores, la Virgen de la Soledad y el Santo Niño Doctor de los Enfermos.
El recorrido inició en el atrio de la Catedral y transitó por avenidas como 16 de Septiembre, 11 Norte y Reforma, para culminar alrededor de las 15:30 horas.
Representaciones en Romero Vargas y Atlixco
En la junta auxiliar de Ignacio Romero Vargas, los vecinos escenificaron con realismo la Pasión de Cristo, utilizando vestimentas de época y recorriendo las estaciones del viacrucis.
Mientras tanto, en Atlixco, se vivió la tradicional Procesión de los Engrillados, con la participación de 50 penitentes, incluidos 10 mujeres.
Los participantes recorrieron descalzos y vendados las principales calles, arrastrando cadenas de más de 20 kilos y portando espinas adheridas al cuerpo, en una manifestación de fe que data de más de un siglo.
El recorrido partió del exconvento de San Francisco, pasando por calles como 9 Sur, 5 Poniente, 3 Poniente y 15 Sur, y culminó nuevamente en el exconvento.
La ciudad de Puebla y sus alrededores refrendaron así su profunda tradición religiosa, consolidándose como uno de los destinos más emblemáticos para vivir la Semana Santa en México.