Jóvenes de entre 12 y 14 años de edad en los que prevalecen carencias de salud mental como la falta de concentración o frustración, con evidentes necesidades educativas como seguir indicaciones o prestar atención y cuyas amistades no son del agrado de sus padres debido a que faltan constantemente a la escuela o causan daño a otras personas, son algunas de las problemáticas que viven diariamente estudiantes de secundaria del municipio de Puebla.
Así se ve reflejado en el estudio Tamizaje para la Detección de Factores de Riesgos Psicosociales en los Adolescentes, elaborado por el Ayuntamiento de Puebla y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Este estudio tomó en cuenta una muestra de 19 mil 807 estudiantes de nivel secundaria en la ciudad de Puebla, con una edad promedio de 13 años. La intención de su elaboración, según las autoridades municipales, es prevenir riesgos psicosociales en los adolescentes y que con el apoyo del gobierno del estado se ofrezca capacitación a directores, docentes y trabajadoras sociales en el tema.
Por tanto, el gobierno municipal y la máxima casa de estudios en Puebla desarrollaron este tamizaje en el que se evaluaron las características de alumnos de 49 instituciones educativas en siete campos: uso o abuso de sustancias, salud mental, relaciones familiares, relaciones con amigos, necesidades educativas, interés laboral y conducta agresiva-delictiva.
ENTRE LA AUSENCIA ESCOLAR Y EL CONSUMO DE SUSTANCIAS
El estudio psicosocial arrojó que 58 por ciento de los adolescentes encuestados en la ciudad de Puebla presentó alguna situación de riesgo al momento de relacionarse con amigos.
Por ejemplo, en tres de cada 10 casos los padres de familia no están de acuerdo con las amistades que tienen sus hijos, mientras que uno de cada cuatro amigos de algún estudiante falta a la escuela sin autorización o con mucha frecuencia.
En tanto, dos de cada 10 estudiantes en la ciudad tienen amigos que han causado destrucción o daños intencionalmente, han golpeado o amenazado a alguien sin motivo alguno o han cometido algún robo.
Por otro lado, sólo nueve por ciento de las amistades de los jóvenes del estudio se aburre en las fiestas si no hay bebidas alcohólicas y tres por ciento lleva drogas a las fiestas.
Un problema frecuente que enfrentan los estudiantes es la salud mental. Y es que, nueve de cada 10 tiene alguna necesidad de este tipo: 54 por ciento sufre falta de concentración, 45 por ciento padece frustración y 43 por ciento se siente nervioso la mayor parte del tiempo.
Las necesidades educativas también se encuentran en números rojos: sólo 55 por ciento de los estudiantes tiene buena ortografía, 43 por ciento tiene buena memoria y a 41 por ciento se le dificulta organizar sus actividades.
En lo que respecta a las relaciones familiares, tres de cada cuatro alumnos tienen algún tipo de carencia para lograr una comunicación o convivencia efectiva. En este rubro, cinco de cada 10 estudiantes reconocen que sus padres no saben cómo se sienten realmente y dos de cada 10 discuten frecuentemente con sus padres.
En cuanto a las conductas agresivo-delictivas, 46 por ciento reconoció tener mal carácter, 41 por ciento dice groserías o vulgaridades, 11 por ciento ha robado alguna vez y seis por ciento de los estudiantes ha causado daño a alguien intencionalmente.
Por otro lado, 22 por ciento de los encuestados presenta algún problema relacionado con el uso o abuso de sustancias y a siete por ciento le han dicho que reduzca el uso de bebidas alcohólicas y drogas.
El estudio emite una serie de conclusiones como el hecho de que más de la mitad de los adolescentes es vulnerable a la influencia negativa de sus amigos, que seis de cada 10 alumnos tienen problemas de aprendizaje que, de no corregirse, mermarán su proyecto de vida y que no hay riesgos generalizados en relación al uso de sustancias con la conducta agresiva-delictiva.