Con el afán de recaudar más dinero para las arcas municipales con la implementación de los parquímetros, Eduardo Rivera Pérez se sumará a la lista de alcaldes que han buscado colocar estos dispositivos en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla. Ninguno lo ha logrado.
En el Consejo de Comerciantes del Centro Histórico parece encontrarse la respuesta del por qué este mecanismo de movilidad no ha logrado consolidarse, a pesar de que la propuesta fue puesta sobre la mesa desde hace más de 20 años, desde que Mario Marín asumió la presidencia de la capital.
A decir del líder de comerciantes, José Juan Ayala Vázquez, la situación de fondo es que ningún alcalde ha logrado ejecutar el proyecto por diversos factores, entre ellos la falta de transparencia por parte de las autoridades municipales en dos vertientes: el desconocimiento de a qué empresa se entregaría la concesión y cuál sería el destino de los recursos recaudados.
Aunque el empresario se dijo a favor de que los parquímetros sean colocados en el primer cuadro de la ciudad, recalcó que la decisión de su implementación no deberá recaer de forma unilateral sólo en el Ayuntamiento, sino que se deberá tomar en cuenta a los diferentes sectores involucrados.
Las propuestas, en caso de que los parquímetros sean colocados, es que el 100 por ciento de la recaudación se destine a obras para el Centro Histórico, además de que se incentive a los usuarios con descuentos en estos dispositivos al realizar compras en comercios.
“Es importante hablar con las autoridades para saber cómo lo contemplan ellos y nosotros, no que sea una imposición, tenemos que tener voz y voto para saber si lo apoyamos o no. Distintas administraciones lo han querido llevar a cabo, pero al no ser transparente no lo hemos apoyado”, apuntó.
Parquímetros, en la cancha de la Comuna
Desde el pasado 9 de febrero, el alcalde Eduardo Rivera Pérez puso en la mesa de debate la propuesta de instalar parquímetros como parte de un reordenamiento del Centro Histórico que implicaría el retiro de franeleros.
El tema tomó fuerza hace un par de días, cuando el Gerente municipal Adán Domínguez reveló que la propuesta comenzaba a materializarse al estar en ruta la elaboración de un diagnóstico del primer cuadro de la ciudad, con el fin de conocer dónde sería viable implementarlos.
La justificación a la medida fue que, tanto comerciantes como ciudadanos, han solicitado un reordenamiento de espacios de estacionamiento no sólo en el Centro Histórico, sino alrededor de escuelas y centros comerciales.
De inmediato, el gobernador no titubeó en emitir un pronunciamiento, al dejar en claro que la colocación de parquímetros no es un asunto menor, debe ser asumido por el alcalde con sensibilidad, pues más allá de ser una iniciativa que busque apoyar el ordenamiento de vehículos, es una política recaudatoria que podría atraer otros problemas como las estafas de gruyeros.
Iniciativa que nunca se concreta
Para retratar el fracaso de los parquímetros, basta recordar que el exedil Enrique Doger Guerrero, en 2007, contrató a la empresa Jajomar para instalarlos y administrarlos en el primer cuadro de la ciudad, pero en diciembre de ese mismo año se canceló el convenio.
La situación fue que, al tomar protesta Blanca Alcalá como alcaldesa, decidió tirar por la borda la concesión, pues consideró que las ganancias beneficiaban a la empresa, más no al Ayuntamiento. Fue entonces que empezó una serie de litigios por parte de la empresa, la cual consideró que se cometieron daños y perjuicios.
En 2014, Tony Gali Fayad implementó una prueba piloto de parquímetros digitales en la calle 13 Sur y Avenida Juárez, misma que fracasó y no se le dio continuidad.
Sus sucesores, Luis Banck Serrato y Claudia Rivera Vivanco, también analizaron el tema en más de una ocasión, pero la rechazaron de inmediato al no encontrar consenso.
Lo último que se planteó sobre la propuesta fue una encuesta ciudadana elaborada por la administración de Rivera Vivanco, a través del Instituto Municipal de Planeación (Implan), donde el 53 por ciento de los mil 21 poblanos encuestados rechazó su colocación.
El porcentaje restante que sí apoyó la propuesta considera que la tarifa adecuada sería de cinco pesos.