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jueves, noviembre 21, 2024

Oceransky, en un viaje a la intimidad de sus Orígenes

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Las notas que crearon los enormes maestros Armando Manzanero, Arturo Castro y Marcial Alejandro en nueve de sus canciones indispensables, suenan y se sienten como cascada de fuego que quema hasta el alma, en el disco Orígenes, que Édgar Oceransky presentó, acompañado al piano por Leonardo Sandoval, en Sala Forum. 

En una noche que se convirtió en un viaje íntimo a las anécdotas y vivencias de los dos artistas, el cantautor también evocó sus éxitos, en más de 25 años de carrera, con el coro anónimo de decenas de voces, que acudieron al Templo de la Canción de Autor en San Andrés Cholula, Puebla, el pasado 4 de febrero. 

En esta producción, en la que los arreglos son del maestro Leonardo Sandoval, de larga trayectoria con intérpretes y compositores de referencia internacional, Oceransky hace una pausa en su propia obra, para interpretar canciones tan icónicas como Yo sin ti, de Arturo Castro Muñoz; Siéntate a mi lado, de Armando Manzanero Canché; o Luz, de Marcial Alejandro Romo López. 

En el escenario, el piano de Sandoval cobijó con arreglos exquisitos al cantautor, mientras Oceransky, con una voz potente, pero también aterciopelada, hizo lujo de capacidades vocales, como el graduado que ha encontrado la maestría de la interpretación. 

Los destellos de firmeza del tenor, que se convierte también en barítono, no dejaron duda de la elegancia y la madurez que, como cantante, ha alcanzado el autor de Estoy aquí, Juro y Te dejé, entre muchas otras. 

El recital mano a mano de Sandoval-Oceransky, Oceransky-Sandoval, trajo además dos sorpresas, en Sala Forum: una petición de boda en pleno escenario y la presentación también de un vino de edición limitada, homónimo del disco: Orígenes. 

  

LOS COMPOSITORES MEXICANOS

En la noche fría del primer sábado de febrero de 2023, Édgar también tuvo un tiempo para las anécdotas, las bromas y las referencias hacia la excelencia de los compositores mexicanos, quienes, dijo, “somos muy visuales”. 

Describió la analogía de los autores de México con los lienzos, que ofrecen postales, imágenes, que de golpe y al principio de las canciones impactan al oyente. 

Puso como ejemplo a Manzanero y su “esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú”. 

Siguió con José Alfredo Jiménez Sandoval, con su Tu recuerdo y yo: “estoy en el rincón de una cantina, oyendo la canción que yo pedí, me están sirviendo ahorita mi tequila, ya va mi pensamiento rumbo a ti”. 

Las referencias sirvieron de preámbulo para una versión de especial intimidad de Estoy aquí, también en el terreno de la música de matices muy visuales: “Iba cayendo la lluvia en el balcón, y tú, fumando un cigarrillo en el sillón; tu voz, llamándome al balcón a ver llover…” 

Oceransky entonces se apartó del micrófono para ir al filo del escenario a cantar con la gente que le hizo eco: “estoy aquí, sin ti, hundido en el silencio, estoy sin ti, aquí, deseando que regreses junto a mí…”. 

Lo mismo ocurrió con Juro, que fue arropada por el público, al unísono: “Juro que no vuelves a mirar mi cara, mis manos hurgando por tu pantalón, no voy a causarte más de dos problemas, si es que alguna vez escuchas mi canción…”. 

 

DE REGRESO AL ORIGEN

Leonardo Sandoval, pianista internacional, que se formó en escuelas de tanto prestigio como la Berklee College of Music, es responsable de los arreglos del disco, que tiene 9 temas de los grandes compositores Armando Manzanero, Arturo Castro y Marcial Alejandro. 

Sandoval los conoció personalmente y compartió escenario y grabaciones de estudio con ellos. 

Las canciones que eligió junto con Oceransky representan pasajes personales de sus inicios como músicos o son parte de su formación y acercamiento a la apreciación del arte. 

En primera persona, Leonardo, en el escenario de Sala Forum, compartió anécdotas con los grandes compositores que se incluyen en Orígenes. 

“Tres autores muy cercanos a ellos… con arreglos que evocan a los originales, en algunos casos, y en otros, completamente nuevos, llevados a la sutil grandeza del piano de Sandoval y la potente, pero aterciopelada voz de Oceransky. 

“No son los temas más famosos de cada autor, son los más arraigados en el corazón de quienes aquí los retomamos”, dice el libro que a manera de estuche acompaña el disco. 

 

EL GRAN FINAL DE UNA NOCHE DE FEBRERO

Para el final del concierto-recital de más de dos horas, Oceransky y Sandoval reservaron la interpretación de Yo sin ti, de Arturo Castro Muñoz, quien fue líder de la gran agrupación Los Hermanos Castro. 

La referencia a su excelencia y fama, más fuera que dentro de México, corrió a cargo de los dos artistas. Sandoval, en primera persona narrando sus andanzas en Las Vegas, en donde fueron el show principal de varios hoteles durante años, y acudieron a verlos intérpretes como Frank Sinatra y otros. 

La canción, que exige un desempeño vocal extraordinario, fue interpretada con pulcritud por Édgar: “Faltas tú a cada instante, en la luz del sol brillante. Yo sin ti no volveré a sonreír, como antes…”. 

Así concluyó una noche, como un viaje a la intimidad, que se convirtió en silencio. 

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