La recién coronada Miss Universo 2025, Fátima Bosch, enfrenta una demanda penal por difamación interpuesta por Nawat Itsaragrisil, presidente de Miss Universo Tailandia, un caso que ha encendido el debate internacional sobre las estrictas leyes tailandesas y sus efectos en la libertad de expresión.
La querella, presentada el 12 de noviembre, acusa a Bosch de haber difundido declaraciones supuestamente falsas sobre un altercado ocurrido durante el certamen. La mexicana asegura que el empresario la llamó “estúpida”, mientras que la organización tailandesa sostiene que la palabra utilizada fue “daño”, en referencia a los perjuicios que podría generar su conducta.
De acuerdo con la legislación de Tailandia, la difamación penal —particularmente cuando implica declaraciones públicas— puede derivar en hasta dos años de prisión, además de sanciones económicas que, según el caso, pueden ascender a 200 mil baht. Organizaciones internacionales han señalado que esta normativa suele utilizarse como herramienta de presión contra críticas que afecten a figuras de poder.
La denuncia argumenta que las declaraciones de Fátima Bosch dañaron la reputación de Itsaragrisil, generando pérdida de confianza entre patrocinadores y socios del concurso. El caso ha sido catalogado por especialistas como un posible SLAPP, es decir, una demanda estratégica para inhibir la participación pública.
El conflicto ha provocado una fuerte polarización global: mientras algunos apoyan a Bosch por denunciar presunto maltrato, otros señalan que la disputa ha afectado gravemente la imagen del certamen y la industria de los concursos de belleza.
La batalla legal continuará en tribunales tailandeses en las próximas semanas, mientras el reinado de Bosch avanza bajo un escrutinio sin precedentes.

