Con fotografías de sus hijos desaparecidos, madres buscadoras de Puebla adornaron el llamado Árbol de la Esperanza, con la ilusión de pasar la próxima Navidad con aquellas personas que les arrebataron del seno familiar.

A unos días de las celebraciones navideñas, los integrantes del colectivo Voz de los Desaparecidos se reunieron en el Zócalo de Puebla para visibilizar el dolor que la ausencia de sus familiares ha dejado en sus hogares.

De nueva cuenta se adueñaron del llamado Árbol de la Esperanza, el cual, año tras año, sigue siendo símbolo de la fe que cada uno de ellos tiene en la localización con vida de sus hijos, padres, hermanos, esposos, sobrinos, tíos o abuelos a los que no ven desde hace mucho tiempo.

Poco a poco, las ramas del árbol plantado frente a Palacio Municipal muestran las fotografías y boletines de búsqueda de algunos de los desaparecidos poblanos, en su mayoría, familiares de aquellos que pese a la adversidad se aferran a su anhelo de volver a vivir una Navidad con ellos.

En palabras de María Luisa Núñez Barojas, fundadora del colectivo Voz de los Desaparecidos, esta actividad es un acto de resistencia, de inconformidad, de lucha y de amor de las familias que, por razones desconocidas, perdieron a alguno de sus miembros.

Por ello, advirtió que este espacio seguirá mostrando las fotos de los familiares de cada uno de los integrantes del colectivo hasta que se logre erradicar la desaparición forzada en Puebla, delito que en lo que va del año contabilizó mil 493 carpetas de investigación en la Fiscalía General del Estado (FGE).

Ese dolor y clamor de justicia que motivaron a los integrantes del colectivo a adornar el Árbol de la Esperanza también los llevó a exigir a las autoridades estatales reforzar los trabajos de seguridad en la entidad, a fin de impedir la desaparición de más poblanos y localizar a aquellos que la próxima Navidad seguirán siendo esperados en las mesas de sus familias.