En el juicio contra de Genaro García Luna, dos testigos evidenciaron los vínculos que tenía el exsecretario de Seguridad Pública del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, con dos personajes que echaron raíces en Puebla cuyos nombres fueron clave para que un jurado de Estados Unidos lo hallara culpable de cinco delitos relacionados con narcotráfico en aquel país.
Uno de los tentáculos del llamado Súper Policía en el sexenio del panista es Facundo Rosas Rosas, quien hizo su carrera en la extinta Policía Federal Preventiva (PFP) y considerado de los hombres más cercanos a García Luna, con quien habría operado la trama de negocios de la droga hacia Estados Unidos, el llamado Cártel de Genaro García Luna.
Dos testigos —Raúl Arellano Aguilar y Jesús Zambada García, el Rey Zambada— involucraron a Facundo Rosas en las operaciones puestas en marcha desde el gobierno de la República al servicio del Cártel de Sinaloa.
Pero Facundo Rosas también fue clave durante el sexenio del también panista Rafael Moreno Valle Rosas, quien lo invitó a encargarse de la Seguridad Pública del estado, sin embargo, en su gestión estuvo marcada la represión y el incremento en algunos delitos.
Instauró en Puebla una época oscura de represión contra los movimientos sociales, protestas y manifestaciones, cuyo climax fue la brutal represión contra integrantes del movimiento de la junta auxiliar de San Bernardino Chalchihuapan en 2014, en donde un menor de edad falleció a consecuencia del impacto de una bala de goma utilizada durante la represión.
Durante su paso por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, los índices de delitos relacionados con el robo de combustible incrementaron notablemente. En 2015, Facundo Rosas renunció en medio del escándalo debido al arresto de dos de sus más cercanos colaboradores, quienes se encontraban custodiando un cargamento de combustible robado.
El nombre de Facundo Rosas salió a relucir cuando un testigo de nombre Raúl Arellano, en la Corte Este de Brooklyn, narró cómo desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) se permitía la transportación de cargamentos de droga hacia Estados Unidos.
La droga presuntamente provenía de países del sur del continente y tenían como destino las calles del vecino país del norte, pasaba por México sin mayor inconveniente, mas que el entregarle presuntos sobornos a Facundo Rosas, entonces comisionado de la PFP.
En su calidad de exagente de la PFP, Raúl Arellano señaló que Óscar Moreno Villatoro, exdirector de Aeropuertos de la Policía Federal Preventiva, era quien controlaba las operaciones en las terminales áreas de Tijuana, Monterrey, Guadalajara, Toluca y Cancún.
Según se cita en medios internacionales, con la frase “por 45, todos en 35 hasta nueva orden”, se giraban instrucciones a todos los agentes para dejar de actuar de manera temporal por indicaciones superiores.
Era en ese momento cuando las operaciones se ponían al servicio del Cártel de Sinaloa, para que sus cargamentos de droga pasaran sin contratiempos hasta llegar a su destino final, y por el que la Fiscalía de Estados Unidos acusó a Genaro García de conspiración.
De acuerdo con la testimonial, Moreno Villatoro actuaba bajo las órdenes de Ramón Pequeño García y Facundo Rosas Rosas, el primero era jefe de la División Antidrogas, y el segundo comisionado de la PFP.
El segundo testigo que involucró a Facundo Rosas fue Jesús El Rey Zambada García, quien señaló directamente al exsecretario de Seguridad de Moreno Valle de ser el principal presunto beneficiario de los sobornos que recibía de la organización. De hecho, la Fiscalía de Estados Unidos considera al poblano como el cuarto hombre más importante en las operaciones de García Luna para beneficiar al narco.
EL INFORMANTE
El segundo de los tentáculos de Genaro García que echó raíces en Puebla fue Édgar Enrique Bayardo del Villar, excomandante de la PFP, quien fungió como informante tanto de la DEA como del Cártel de Sinaloa, lo que llevó a la Fiscalía estadounidense a llegar al desenlace contra el exjefe policiaco de Felipe Calderón.
Bayardo del Villar mantuvo vínculos con jefes policiacos en el estado por allá de 2008, cuando al frente de la policía judicial del estado estaba Adolfo Karam Beltrán, también tuvo cercanía con políticos como Humberto Vázquez Arroyo, Omar Álvarez Arronte y Javier López Zavala.
De acuerdo con algunas versiones, fue el propio López Zavala quien lo impulsó para ocupar el cargo de subprocurador en la entonces Procuraduría de Justicia del Estado, cuando el expriista se desempeñaba como secretario de Gobernación.
Bayardo fue detenido en 2008 por la entonces Procuraduría General de la República, que lo acusaba por el delito de delincuencia organizada.
Las autoridades ministeriales encontraron discrepancias en los ingresos económicos del exfuncionario de la PFP, pues ganaba un salario de 22 mil pesos mensuales, pero en sus cuentas bancarias y referencias era poseedor de una fortuna de 30 millones de pesos, reveló el semanario Proceso.
La publicación refiere que Bayardo hizo su carrera criminal en la corporación al frente de García Luna y se le relacionaba por sus vínculos con el Cártel de Sinaloa y el Rey Zambada.
Al ser detenido, Bayardo se acogió al programa de testigos protegidos, pero fue ultimado en noviembre de 2009 en una plaza comercial de la colonial Narvarte, en la Ciudad de México.
Según la información difundida en medios nacionales, era al mismo tiempo comandante de la Policía Federal, informante de la DEA y confidente del Cártel de Sinaloa.