Hace una semana se trató de un hombre baleado a unos metros de la presidencia auxiliar; hace poco más de un mes fue el hallazgo de un cuerpo embolsado; y la madrugada de este martes, un multihomicidio de cuatro personas tuvo su epicentro una vez más en la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacan, localizada a 10 kilómetros al sur de la ciudad de Puebla.
En esta ocasión el estruendo de aproximadamente 10 balazos despertó a los vecinos de la colonia La Venta, quienes no se dieron cuenta de lo que había ocurrido hasta que encontraron tendidos sobre el piso a cuatro hombres cubiertos de sangre y sin vida.
Una miscelánea llamada “Manolo” con fachada roja, enmarcó la escena de la refriega sobre las calles Alejandro Humboldt y Miguel Hidalgo, donde aparentemente desde una camioneta en movimiento fueron impactados los cuatro masculinos con armas AR15.
Entre las víctimas se encontraba Samuel M., de 30 años de edad, Néstor R., de 28 años, Octavio S., de 50 años y Oscar N., de 25 años, según publicó Página Negra, aunque hasta el momento no se ha confirmado el móvil del ataque.
Lo que sí fue un hecho es que a pesar de que la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) fue la primera respondiente, una vez más no hubo ninguna persona detenida. En tanto que el alcalde Eduardo Rivera Pérez se aventuró a presumir que se trató de un ajuste de cuentas, aunque la Fiscalía General del Estado (FGE) apenas comenzó las diligencias del siniestro.
Según el edil, las características de la refriega permitieron al municipio deducir que se trató de bandas criminales que se disputan la venta de “productos ilegales”.
“La información que tenemos es literal un ajuste de cuentas, una ejecución tenemos esta versión de manera extraoficial. El comportamiento y como nosotros tenemos información de los hechos es un pleito y ejecución entre grupos criminales que seguramente se disputan, lo que hemos comentado en otras ocasiones, la venta de productos ilegales o el tema del narcomenudeo”, manifestó.
Lo cierto es que mientras no se resuelven de fondo las investigaciones, el gobernador Miguel Barbosa Huerta llamó al alcalde a no especular sobre que el homicidio fue un ajuste de cuentas, en tanto que al coordinador de Morena en el Congreso local, Sergio Salomón Céspedes, el tema le mereció el solicitar que se evalúe el nombramiento de María del Consuelo Cruz Galindo como titular de la SSC.
Y es que ésta no es la primera ocasión que las juntas auxiliares de la capital poblana son el centro de delitos. El 15 de octubre, por ejemplo, un cuerpo en estado de descomposición fue localizado en un terreno baldío de la colonia Lomas de Santa Catarina, en la misma junta auxiliar.
El 22 de noviembre, una situación similar ocurrió en San Francisco Totimehuacan, cuando un hombre fue baleado por unos sujetos al interior de su taller de mármol, que se ubica cerca de la presidencia de la junta auxiliar.
Se trató de dos sujetos que viajaban a bordo de una motocicleta y que, al llegar al negocio, abrieron fuego contra el dueño, lo que le ocasionó heridas en abdomen y rodilla izquierda.
A esto se suma que, por ejemplo, en junio pasado, durante un evento encabezado por el alcalde Eduardo Rivera Pérez en la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacan, el presidente de la demarcación, Carlos Guerrero Núñez, declaró que la inseguridad era un problema frecuente en esa zona del sur e incluso aseguró que entre cinco y seis cuerpos eran arrojados diariamente en toda la Angelópolis.
Guerrero Núñez apuntó que la situación se había agravado en los últimos meses, principalmente porque personas provenientes de la Ciudad de México arrojaban los cadáveres de sus víctimas en dicha zona y de paso cometían asaltos a transeúntes a bordo de motocicletas.
A la par de la inseguridad que se vive en Totimehuacan, pobladores de las juntas auxiliares de San Miguel Canoa y La Resurrección se volcaron contra el presidente municipal por la falta de patrullaje en sus demarcaciones, por lo que advirtieron que podrían implementar toques de queda para protegerse de la delincuencia y de paso implementar un mecanismo de fraccionamiento para limitar el ingreso de personas.
Mientras tanto, la respuesta del alcalde se mantiene en que la ciudad “no está en condiciones de guerra” como para implementar medidas de seguridad como el toque de queda, además de que, supuestamente, la Comuna está coordinada con los ediles subalternos para proporcionar vigilancia a los vecinos.