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jueves, noviembre 21, 2024

Hallan en el Centro de Puebla restos humanos que datan de la intervención francesa

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El Templo de San Francisco Javier, ubicado en la ciudad de Puebla y que ha fungido como sede de un colegio jesuita, un hospital provisional y hasta una prisión desde el siglo XVIII, es nuevamente punto de interés, luego de que arqueólogos mexicanos descubrieron vestigios humanos relacionados con la invasión francesa y el imperio de Maximiliano de Habsburgo, entre 1862 y 1867. 

La noticia fue dada a conocer este martes por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). El investigador del Centro INAH Puebla, Manuel Melgarejo Pérez, reveló que en el hallazgo destaca un individuo masculino que conserva un agujero de bala en el hueso iliaco izquierdo y el proyectil que lo impactó, lo que implicaría que el sujeto falleció durante la guerra contra las tropas francesas. 

Asimismo, en el templo ubicado en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla fueron hallados otros objetos: suelas de zapatos, botones de ropa y una cruz de metal que una mujer habría portado como un collar y, que se estima, datan de la segunda mitad del siglo XIX. 

La importancia del templo de San Francisco Javier radica en que esta sede fue usada como fuerte por los combatientes, tras el avance de las patrullas francesas que se trasladaron sobre los Fuertes de Loreto y Guadalupe en 1863. 

Lizbeth Chicas Martínez, antropóloga física, detalló que el sujeto hallado con una huella de bala falleció por el impacto en el abdomen “ya que seguramente atravesó órganos importantes, y por la época era poco probable que una persona sobreviviera con un proyectil dentro del cuerpo”. 

Por su parte, los arqueólogos Mariana Navarro Rosales y Raymundo Ramírez Marcos, además de la ilustradora científica Selene Bagatella, identificaron seis entierros primarios y dos secundarios, uno de ellos con seis individuos y otro con catorce. 

Al momento, el INAH Puebla desconoce el sexo, la edad y características de los vestigios humanos identificados, sin embargo, se tiene la sospecha de que cinco podrían ser de hombres y un cuerpo femenino, de los cuales, todos son adultos y sobrepasaban los 25 años al momento de fallecer. 

Los investigadores observaron que la mayoría de los cuerpos fueron encontrados en posición anatómica con ataúdes, a excepción del cuerpo de un hombre que únicamente fue enterrado con cal, por lo que se estima que falleció antes de 1850, año en el que se tiene registro el uso de féretros para inhumaciones en la ciudad, según declaró el historiador Joel Peña Espinosa. 

También fueron hallados en el templo restos de menores de 15 años, lo que podría tratarse de un altar hacia algún santo vinculado con la niñez. 

“Excavamos en uno de los pilares del templo y ubicamos una serie de entierros en torno a él. El historiador Joel Peña Espinosa comenta que a menudo, las personas que eran benefactoras de un templo pedían ser enterrados debajo de los pilares, para que simbólicamente continuaran sosteniendo a los templos”, apunta el INAH en un comunicado.

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