El gobernador de Carolina del Norte, Josh Stein, denunció este lunes que los recientes operativos migratorios desplegados en Charlotte por la administración del expresidente Donald Trump están “sembrando miedo” entre la población, luego de múltiples reportes de residentes que aseguran haber visto a agentes encapuchados, fuertemente armados y en vehículos sin identificación.

Stein afirmó que las redadas, intensificadas en los últimos días, no contribuyen a fortalecer la seguridad pública en unaciudad de casi 950 mil habitantes. Por el contrario, señaló que están generando incertidumbre y desconcierto. “Hemos visto agentes con vestimenta paramilitar apuntando a ciudadanos estadounidenses basándose en el color de su piel, perfilando racialmente y recogiendo a personas al azar en estacionamientos y aceras”, sostuvo. “Esto no nos está haciendo más seguros. Está dividiendo a nuestra comunidad”.

Charlotte se convirtió así en el foco más reciente de la estrategia federal que la administración Trump justifica como un esfuerzo para combatir el crimen, pese a que los indicadores delictivos locales mantienen una tendencia a la baja y que autoridades municipales se han manifestado contra la operación.

Vecinos han reportado redadas cerca de iglesias, complejos residenciales y comercios, lo que ha incrementado la tensión en diversas zonas urbanas. Ante la situación, Stein llamó a la población a mantener la calma y documentar cualquier abuso o irregularidad para denunciarlo ante autoridades estatales.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) sostiene que Carolina del Norte es una prioridad debido a las llamadas políticas de santuario, que limitan la cooperación entre policías locales y agentes de inmigración. Según la agencia, más de 1,400 órdenes de detención migratoria no han sido ejecutadas en el estado, especialmente en el condado de Mecklenburg, donde autoridades locales no participan en labores de control migratorio. De acuerdo con DHS, esta falta de colaboración representa un riesgo para la seguridad pública.