Su nombre es Xavier Alexander N., su promesa al reclutar niños de entre 12 y 17 años de edad era cumplirles el sueño de pertenecer a las Fuerzas Básicas del Club Puebla, pero su delito fue abusar sexualmente y violar a varios de ellos, lejos de las miradas de sus padres de familia.
La tarea era sencilla: ostentarse ante familiares de los menores como representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, mejor conocido como Unicef, para luego poder llevarse a los infantes a entrenamientos durante un plazo de 60 semanas.
Allí fue donde se cometieron abusos a al menos cuatro menores de edad, lo que hoy tiene a Xavier Alexander N. tras las rejas, vinculado a proceso por los delitos de abuso sexual, violación y violación equiparada, así como con una nueva carpeta de investigación por el presunto delito de pornografía infantil.
El tema fue abordado de inmediato por Página Negra. Durante el programa En línea deportiva que dirige Pepe Hannan, el director de esa casa editorial, Edmundo Velázquez, reveló que en las investigaciones tanto a La Franja del Puebla como directores de las fuerzas básicas del equipo, conocían e incluso habrían encubierto las acciones del imputado.
La problemática inició cuando Xavier Alexander N. comenzó a presentarse como un alto comisionado de la Unicef para prospectar a menores de edad de escasos recursos que vivían en comunidades rurales de Puebla y Veracruz, principalmente.
Esta era la justificación para que los padres de familia y tutores permitieran a los menores acompañar al reclutador a entrenamientos diarios, que iniciaban desde las 5:30 horas de la mañana y la promesa siempre fue la misma: integrarlos a la Primera División del futbol mexicano.
Un domicilio ubicado en la calle Campestre 4702, casi esquina con Rivera del Atoyac, en la colonia Santa Cruz Buenavista, era uno de los sitios donde Xavier o El doctor —como pedía que lo llamaran— usaba para resguardar a los jóvenes deportistas, el cual llamaba además una Casa Club, debido a que el equipo camotero no cuenta con un propio espacio para reclutamiento.
Esta sociedad de jóvenes fue llamada por Xavier como Proyecto Spark y para consolidarla se comprometió a buscar a patrocinadores que financiaran la renta del inmueble, cuyo valor aproximado de renta era de aproximadamente 35 mil pesos al mes.
Para convencer a los jóvenes, Xavier Alexander usaba como referencia al futbolista Toribio, Toro, García Núñez, quien juega en la categoría Sub 18 del Club Puebla y surgió de un intercambio entre el equipo Gigantes Codimfut con el Puebla F.C.
La situación cambió radicalmente cuando los menores de edad comenzaron a comunicar los tocamientos lascivos que Xavier Alexander comenzaba a tener con sus prospectos, lo que detonó denuncias por parte de los padres de familia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) y culminó con su aprehensión el pasado 10 de enero.
Pero las investigaciones no terminaron allí. En el caso se señala la presunta protección de Juan Manuel Vega Francis, también conocido como Manolo Vega, director de las Fuerzas Básicas del Puebla, quien habría encubierto las quejas, pues supo al menos de un intento de abuso sexual.
Una de las víctimas, de acuerdo con testimonios allegados a Página Negra, formaba parte del equipo Sub-14 de las Fuerzas Básicas y denunció que Xavier Alexander hizo tocamientos contra su persona, incluso utilizando en el acto equipos deportivos.
Sin embargo, Manolo Vega habría ignorado el caso para evitar un escándalo mayor y optó por reasignar al menor a otro inmueble autorizado por el equipo en la entidad, mientras que el reclutador continuó laborando de forma normal.
Pasaron los días y tras el cúmulo de denuncias que fueron integradas en la Fiscalía, agentes ministeriales cumplieron una orden de aprehensión en su contra, así como un cateo en el club ubicado en la colonia Santa Cruz Buena Vista.
Lo que ahí encontraron no fue un asunto menor: un arma de fuego, sables, un vehículo con estrobos, logotipos apócrifos de un organismo internacional, así como pasaportes.
Lo anterior llamó la atención de inmediato del fiscal Gilberto Higuera Bernal, quien reconoció ante medios de comunicación que el caso era solo la punta del iceberg de una serie de probables delitos, debido a los artículos que se encontraron en el inmueble.
“La imagen, si ustedes la revisan, hay una importante cantidad de pasaportes, tenemos equipos asegurados en el cateo que nos indican que podría tener actividades en otros lugares y pudiera tratarse de un botín”, declaró el pasado 12 de enero.
La tarea de la Fiscalía para dar con el responsable consistió en entrevistas interdisciplinarias con cámaras Gesell, peritajes en psicología, criminalística y trabajo social, así como solicitudes de cateo y aprehensión.
A pesar de las contundentes pruebas que relacionan al Club Puebla con el imputado, el equipo camotero se desmarcó de él a través de un comunicado, de tener algún tipo de relación laboral o personal.
“Ante los hechos dados a conocer el día de hoy, el Club Puebla niega categóricamente que exista o haya existido vínculo laboral o personal con el individuo de nombre ‘Xavier Alexander N.’ Lamentamos y condenamos fuertemente este tipo de conductas, aún más tratándose de menores de edad. Por ello, desde que tuvimos conocimiento de la situación, hemos brindado apoyo y acompañamiento permanente a las víctimas y sus familiares”, señalaron en el documento.
Las investigaciones contra Alexander N. no terminan en el plano local, toda vez que también hay evidencia de que reclutó a menores de edad del Club Deportivo Gigantes de Orizaba, localizado en las altas montañas de Veracruz.
Diversos medios locales de esa entidad daban cuenta que durante años el reclutador fue encargado de “rescatar” a talentos de comunidades rurales con la promesa de impulsar sus metas personales en el ámbito futbolístico, así como tuvo múltiples apariciones en medios de comunicación impresos y digitales por su “proactivo” desempeño de reclutamiento.
Un Juez de control dictó al entrenador Xavier Alexander “N” auto de vinculación a proceso y determinó una medida cautelar de prisión preventiva y se concedió un plazo de seis meses para el cierre de investigación complementaria.
