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jueves, noviembre 21, 2024

Explotan señalamientos de corrupción por parte del rector de la UTH

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La Universidad Tecnológica de Huejotzingo (UTH) habría sido utilizada como herramienta para que el rector Fiacro Luis Torreblanca Coello incurriera en presunto nepotismo, conflicto de intereses y desvío de recursos en detrimento de la universidad y en contubernio con un grupo de operadores administrativos. 

Durante semanas, varios docentes de la universidad denunciaron descuentos en sus salarios y despidos injustificados por parte del rector, además de hostigamiento y acoso laboral, pero en esta ocasión fueron más allá: aportaron pruebas en las que Torreblanca Coello estaría involucrado en el contrato de al menos 50 personas de su confianza como profesores, aunque en realidad se desempeñan en áreas administrativas. 

Los docentes acusaron además, que uno de los alfiles al rector, Gerardo Gutiérrez Güido, quien se desempeña como subdirector de Administración y Finanzas, habría beneficiado a su esposa Mirian Rodríguez Cruz con contratos por adjudicación directa, que en total suman un millón 30 mil pesos, durante 2018 y 2019 para proveeduría de papelería, material didáctico, material de limpieza, entre otros. 

La situación no terminó ahí. Mirian Rodríguez, a decir de los inconformes, percibe 5 mil 162 pesos brutos como profesora de asignatura sin estar presente en la universidad, es decir, como aviadora. 

En las acusaciones se integra a Edgar Illescas Chávez, director de Procesos Alimentarios, quien presuntamente ha firmado facturas para el mantenimiento de equipos de laboratorio sin que estos se realicen. 

Fiacro Luis Torreblanca y sus “operadores administrativos”, son acusados además de inflar costos de operación, y son alrededor de 24.7 millones de pesos de los que nadie sabe con certeza en qué se invirtieron durante 2020 y 2021, pues las clases presenciales fueron suspendidas durante 18 meses. 

El desvío 

De acuerdo con un reporte del personal educativo, existen diversas irregularidades en torno a la aplicación de recursos en la institución, cometidas por dos principales operadores administrativos del rector: Isaac Ramírez Ayuso, director de administración y finanzas; y Sonia Sánchez Martínez, jefa del departamento de compras. 

La situación es que estos dos personajes son señalados por presuntamente inflar costos de operación durante los ejercicios fiscales 2020 y 2021, a pesar de que las clases presenciales fueron suspendidas durante 18 meses y se reactivaron hasta septiembre del año pasado. 

El cuerpo docente de la UTH apuntó que el rector y sus operadores administrativos no justificaron en 2020 el ejercicio del gasto por 4.4 millones de pesos en servicios profesionales y técnicos; 1.1 millones en ayudas sociales a personas; 375 mil pesos en combustibles, lubricantes y aditivos; 1.6 millones en herramientas, refacciones y accesorios menores; además de 3.4 millones de pesos en materiales y artículos de construcción. 

Otros rubros en los que sostienen hay suspicacias por los altos montos erogados, a pesar de que las clases fueron en línea, son 380 mil pesos en Productos químicos, farmacéuticos y de laboratorio y 4.2 millones en servicios de instalación, reparación, mantenimiento. 

Con estos conceptos, el personal que imparte clases en la UTH se inconformó, ya que hubo una inversión de aproximadamente 17 millones 317 mil pesos sólo en 2020 sin que existieran clases presenciales de por medio. 

En 2021 la historia se repitió, pues los gastos de operación sumaron otros 7.5 millones de pesos y no hay comprobación de que en realidad fueran inyectados en la universidad, por lo que el monto entre los dos ejercicios fiscales que tienen suspicacias suman 24.7 millones de pesos. 

 

Velado nepotismo 

La aplicación de los recursos no es el único rubro que ha generado desconfianza para el cuerpo de docentes. También lo es el nepotismo, pues acusan, desde que tomó la rectoría de la UTH, Torreblanca realizó movimientos de área a trabajadores que llevaban más de 10 años en operación, con la intención de colocar a su gente cercana en esos puestos. 

Por ejemplo, Bernardo Mellado Bañuelos, su secretario particular, quien ahora está contratado como “Profesor Asociado C”; Raúl García Tlapaya, contratado como Profesor Titular “B”; o Rafael Hernández Oropeza, defenestrado secretario Académico que fue recontratado para trabajar en distintos departamentos. 

El personal de la UTH señaló que, según la Plataforma Nacional de Transparencia, Fiacro Torreblanca contrató en el último cuatrimestre a al menos 50 personas, entre ellas algunas que son amigos o personas cercanas a su círculo.  

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