Cristian Fernando Gutiérrez Ochoa, alias El Guacho, operador del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y yerno de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, fue sentenciado en Estados Unidos a 140 meses de prisión, equivalentes a 11 años y 8 meses, tras declararse culpable de lavado de dinero para la organización criminal.

La sentencia representa un nuevo golpe al corazón financiero del CJNG, considerado uno de los cárteles más poderosos de México y con alcance internacional. Gutiérrez Ochoa, de 28 años, fue arrestado el 19 de noviembre de 2024 en su lujosa residencia en Riverside, California, una mansión valuada en 1.2 millones de dólares adquirida mediante una empresa tequilera vinculada al cártel, Pasión Azul.
La Fiscalía estadounidense destacó que el acusado disfrutaba de una vida de lujo y abundancia, junto con su esposa, Laisha Oseguera González, hija de El Mencho. En su domicilio se hallaron más de 2 millones de dólares en efectivo, objetos de lujo y tres vehículos, todos asegurados como parte del proceso judicial.
Gutiérrez Ochoa también cuenta con orden de aprehensión vigente en México por crimen organizado y secuestro. Se le vincula al secuestro de dos marinos en Zapopan, Jalisco, en noviembre de 2021, en un operativo destinado a negociar la liberación de Rosalinda González Valencia, suegra del Guacho y esposa de El Mencho. Informes de la DEA revelan que El Mencho llegó a simular la muerte de su yerno para protegerlo mientras escapaba a Estados Unidos.
En junio pasado, se formalizó un acuerdo de culpabilidad, que permitió desestimar el cargo de conspiración para distribuir cocaína y metanfetamina, dejando el enfoque en el lavado de dinero, uno de los principales mecanismos de financiamiento del cártel.
El Mencho, considerado el narcotraficante más buscado en México y Estados Unidos, lidera actualmente el CJNG y ha logrado consolidar rutas de tráfico de drogas y operaciones financieras internacionales. La DEA ofrece 15 millones de dólares por información que conduzca a su captura. Nacido en Aguililla, Michoacán, en 1966, ha evadido a la justicia durante más de una década, protegido por un círculo cercano de sicarios y operadores.

