El Ejército de Estados Unidos confirmó este jueves un nuevo ataque en el mar Caribe, donde una embarcación fue destruida por orden del presidente Donald Trump, dejando tres personas muertas, informó el secretario de Defensa Pete Hegseth.
Con esta acción, ya son 18 las lanchas hundidas en los últimos dos meses dentro de la campaña que Washington califica como operaciones contra el “narcoterrorismo”, y que ha provocado la muerte de 69 civiles, según organizaciones internacionales.
“Por orden del presidente Trump, el Departamento de Guerra ejecutó un ataque cinético letal contra una nave operada por una organización terrorista designada”, declaró Hegseth en su cuenta oficial de X, calificando a los fallecidos como “narcoterroristas”. El funcionario precisó que el operativo ocurrió en aguas internacionales.
As we’ve said before, vessel strikes on narco-terrorists will continue until their the poisoning of the American people stops.
Today, at the direction of President Trump, the Department of War carried out a lethal kinetic strike on a vessel operated by a Designated Terrorist… pic.twitter.com/gQF9LpSjqD
— Secretary of War Pete Hegseth (@SecWar) November 7, 2025
Aunque el Pentágono sostiene que los hombres traficaban narcóticos, no ha revelado su identidad ni el tipo de droga transportada. Naciones Unidas y expertos en derechos humanos advierten que estos ataques podrían constituir ejecuciones extrajudiciales, ya que ninguna de las víctimas representaba una amenaza inminente.
La ONU exige una investigación independiente y recuerda que no existe justificación legal para bombardeos en el Caribe y el Pacífico.
Estados Unidos mantiene un amplio despliegue militar en la zona, con más de 10 mil soldados, una decena de buques y un submarino, a los que se sumará el portaaviones Gerald Ford, el más moderno de su flota.
Fuentes diplomáticas sostienen que, aunque la Casa Blanca afirma combatir el narcotráfico, la estrategia también busca presionar al Gobierno de Nicolás Maduro, a quien Trump acusa de encabezar un “narcoestado”.
El presidente estadounidense advirtió que la operación podría entrar pronto en una “segunda fase terrestre”, mientras el Senado rechazó una resolución que limitaba su capacidad para autorizar ataques sin aprobación del Congreso.
