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viernes, noviembre 22, 2024

Claudia Rivera, una gestión llena de escándalos, críticas y desafíos

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En tres años de gobierno, Claudia Rivera Vivanco fue una alcaldesa cuya gestión estuvo plagada de escándalos, corrupción y subejercicios, no obstante, entre los logros de su administración destacan el pago la deuda pública que de manera histórica arrastraba el Ayuntamiento de Puebla y dio voz, como ningún otro gobierno, a las minorías en la ciudad capital del estado.

No obstante, su administración no estuvo exenta de críticas y desafíos. Enfrentó severas problemáticas como el desbordamiento del comercio ambulante, el incremento de la prostitución en las calles, obras inconclusas y con mala ejecución, así como un conflicto laboral relacionado con la entrega de 100 bases sindicales a sus allegados al final de su gestión.

Además, la gestión de Claudia Rivera terminó con críticas sobre la limpieza y el mantenimiento de la ciudad. Las calles, como la 8, 10 y 14 Oriente-Poniente, quedaron llenas de escombros debido a la clausura de trabajos que violaron el decreto de contención de la Covid-19. 

Los comerciantes ambulantes se adueñaron de la vía pública, y lugares como el atractivo “playa” de Amalucan sufrieron problemas de mantenimiento y moho. 

Las denuncias de corrupción fueron una constante en su gobierno. Uno de los casos más emblemáticos fue la distribución de más de 26 mil despensas que tuvieron supuestos sobrecostos, habrían sido empacadas por los trabajadores del DIF a pesar de existir un contrato con una empresa privada, los alimentos estaban caducos y no se habrían respetado los padrones de beneficiarios.

La gestión de la exalcaldesa tuvo un importante punto de inflexión cuando durante la mitad de su gobierno tuvo una pugna con el entonces gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, a quien negó cederle el control de la seguridad pública en el municipio en medio de casos de homicidios y robos que se registraban con mayor frecuencia en la Angelópolis. 

Estas diferencias llevaron al mandatario a evitar todo tipo de relación no institucional con la munícipe, por lo cual eventos como entrega de obras en conjunto, actos como el Grito de Independencia y festejos, dejaron de celebrarlos juntos y cada vez fueron menos las fotografías en las que fueron retratados juntos. 

Un episodio particularmente significativo en su carrera fue la denuncia por violencia política de género presentada en su contra. La exconsejera jurídica del Ayuntamiento de Puebla, Yasmín Flores, acusó a Claudia Rivera de hostigamiento y acoso laboral y la denuncia que se presentó en 2020 desencadenó controversia en su mandato. 

No obstante, en agosto de este año, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declaró improcedente el recurso de Yasmín Flores tramitado por violencia política de género en contra de la exmunícipe, lo que Claudia Rivera dijo fue el ejemplo de acusaciones infundadas en su contra. 

Un escándalo también emergió en mayo de 2021, alterando la campaña de Claudia Rivera Vivanco en busca de la reelección como presidenta municipal. Este hecho involucró a Magda Karina N., una extrabajadora del Ayuntamiento de Puebla que dio un paso al denunciar a una figura clave en la administración municipal: el coordinador ejecutivo de la Presidencia municipal, Andrés García Viveros, por hechos que involucraban intimidación, amenazas, hostigamiento y acoso laboral y sexual. 

De acuerdo con la víctima, este individuo se dirigía a ella de manera lasciva, haciendo alusiones sexuales en relación con su persona. Las acusaciones de acoso y hostigamiento se convirtieron en un punto de conflicto en la administración, planteando preguntas sobre el ambiente laboral y la cultura de la oficina en el Ayuntamiento de Puebla, aunque la morenista fue acusada de brindar un doble discurso de feminismo por solapar su conducta. 

En plena campaña electoral, Claudia Rivera fue criticada por pavimentar la calle de su mamá, Eloisa Vivanco, quién también es una figura clave en el partido Obradorista al ser la presidenta de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia. 

A pesar de los altibajos, la gestión de Claudia Rivera en la alcaldía de Puebla presentó logros notables. Uno de los que más enarboló fue el pago de la deuda pública que generó un ahorro de más de 100 millones de pesos y que rompió la tradición de gobiernos que tenían como característica la política de endeudamiento. 

Su trienio también estableció un gabinete paritario y creó la Secretaría para la Igualdad Sustantiva de Género, lo que reflejaba su compromiso con la equidad para las mujeres. 

Logros que presumió la morenista durante su periodo en el Palacio de Charlie Hall fue que disminuyó el tiempo de respuesta policial, optimizó los recursos públicos para el equipamiento y el aumento salarial de los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y redujo la incidencia delictiva en un 20 por ciento.

A pesar de los desafíos y críticas, Claudia Rivera Vivanco no ha abandonado su carrera política. En abril de 2023, anunció su interés en buscar la candidatura de Morena a la gubernatura de Puebla, resaltando la importancia de que la posición sea ocupada por una mujer. 

El proceso de selección del perfil que encabece la Coordinación en Defensa de la Cuarta Transformación en Puebla ha sido una montaña rusa para la morenista que se autocataloga de cepa en el partido guinda. 

Inicialmente, no fue seleccionada como una de las cuatro opciones para participar en la encuesta por la virtual candidatura a la gubernatura de Puebla. Sin embargo, posteriormente, debido a la encuesta de reconocimiento y la decisión de la Comisión Nacional de Elecciones de Morena, Claudia Rivera fue incluida en la encuesta final junto a otros aspirantes. 

El destino político de Claudia Rivera está pendiente de una decisión que se dará a conocer el 30 de octubre de 2023. La dirigencia Nacional de Morena determinará si una mujer o un hombre será el candidato y con ello se definirá si Claudia Rivera podrá participar por una tercera ronda electoral. 

Claudia Rivera no es la única mujer que busca la sucesión poblana. Junto a ella también compiten Olivia Salomón, exsecretaria de Economía y una de las figuras representativas del barbosismo, así como Lizeth Sánchez, exsecretaria de Bienestar con experiencia en el ámbito legislativo tanto local como federal. 

Claudia Rivera se destacó por ser una figura política poco convencional en un entorno tradicional, en cuyo primer intento por la alcaldía de Puebla en 2018, su candidatura se destacó por ser una mujer que provenía de un partido de izquierda y que carecía de una alcurnia política. 

Su perfil inició con un respaldo económico poco significativo. Sin embargo, su perfil interesante y su historial de activismo en movimientos como el pro-AMLO de 2004 le brindaron un apoyo sólido de sus seguidores. 

En las elecciones de 2018, Claudia Rivera rompió las expectativas al convertirse en la candidata más votada en la historia de Puebla, obteniendo 343 mil 155 votos, superando a su oponente Eduardo Rivera Pérez por 89 mil 755 sufragios. Este triunfo histórico marcó un hito en la política poblana y demostró que una figura no convencional podía ganar elecciones en un municipio. 

Sin embargo, las elecciones de 2021 presentaron un panorama diferente. En ausencia de Andrés Manuel López Obrador en la boleta, Claudia Rivera enfrentó un desafío mayor, donde tras un trienio de gobierno, las preferencias electorales no le favorecieron por malos resultados en su gestión y la balanza se inclinó en su contra, perdiendo los comicios con 189 votos, mientras que su oponente, Eduardo Rivera, venció con 318 mil 424 simpatías en las boletas.

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