El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, acusó a dirigentes de partidos de oposición de actuar con “cinismo descarado” al descalificar las acciones de gobierno, pese a que durante sus administraciones permitieron el saqueo del estado, el crecimiento de la corrupción y actividades ilícitas.
El mandatario estatal subrayó que su administración trabaja diariamente para poner orden en Puebla, tras los excesos cometidos por gobiernos neoliberales que aprovecharon el caos y promovieron un modelo privatizador que afectó a la entidad. Aclaró que el Gobierno del Estado no persigue a nadie, pero tampoco es omiso.
“Poner orden no significa atropellar derechos”, puntualizó.
Armenta criticó que anteriores gobiernos permitieran el incremento del robo y distribución ilícita de combustible, además de convertir a Puebla en un botín político y económico. “Mientras unos gobiernos saqueaban a Puebla, nosotros disolvemos la corrupción y el abuso de poder”, enfatizó.
El gobernador calificó como inmoral la deuda de 4 mil 300 millones de pesos, vigente hasta 2037, derivada de la construcción del Centro Integral de Servicios (CIS) Angelópolis. Indicó que esos recursos podrían destinarse a obra pública, seguridad y educación, en beneficio directo de las y los poblanos.

Asimismo, afirmó que su administración se encuentra en negociaciones con empresarios para llegar a un acuerdo que permita finiquitar la deuda del CIS y no descartó acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) si fuera necesario.
Finalmente, Alejandro Armenta destacó que es responsabilidad del gobierno recuperar el orden perdido, ya que administraciones anteriores “dejaron hacer y dejaron pasar”, lo que derivó en el saqueo del estado. Por ello, el Gobierno de Puebla mantiene el combate frontal contra la inseguridad, los grupos delictivos y las cadenas de corrupción, algunas protegidas por complicidades municipales.

