2021 es un año que los más de 2 mil 500 sistemas operadores de los servicios de agua potable y alcantarillado del país nunca olvidarán. En febrero, la reforma a la ley eléctrica los puso al borde del colapso, ya que las tarifas se elevarían a tal grado que sería incosteable. Luego, en septiembre, sufrieron dos golpes más: el presupuesto 2022 para el sector no cubriría siquiera la inflación y la publicación de la reforma a la NOM-001-Semarnat que establece los nuevos estándares para el saneamiento de agua en México.
De todas, la Norma Oficial Mexicana —que no había sido reformada desde 1996— suponía el peor escenario, ya que para cumplirla los organismos debían impulsar adecuaciones, reingeniería, rehabilitación y mantenimiento en las 3 mil 960 plantas de tratamiento que existen en el país, lo que significaba un costo 700 mil millones de pesos, es decir, casi el 4 por ciento del Producto Interno Bruto.
La situación era todavía más compleja porque, para esa fecha, los organismos municipales, regionales y estatales arrastraban años de cartera vencida, de operar con números rojos, sin una ley que los ayudara a mejorar su infraestructura o si quiera actualizar las tarifas.
La inviabilidad de la norma, la crisis de los sistemas de agua, la reforma a las tarifas eléctricas, el desorden de gobierno federal y la ausencia de una política pública en material de agua y saneamiento, llevaron a la rebelión.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua), principal responsable de la aplicación de la norma, no tuvo otra opción que impulsar promesas de cumplimiento.
Y fue allí en donde la 4T se encontró con una auténtica sorpresa.
Vino de uno de los sectores que menos se esperaba: un concesionario, una empresa llamada Agua de Puebla para Todos.
EL CASO POBLANO
Con el paso de los años y el reto que implicaba la concesión poblana de los servicios de agua potable y saneamiento, Héctor Durán Durán, director general de Agua de Puebla, se convirtió en uno los mejores expertos en el país sobre el tema del agua, pero con una característica peculiar: Ser un agente disruptor en el sector público que ha buscado lo imposible: Ajustar la actividad de la concesionaria que dirige a una norma hecha para nunca cumplirse.
La tarea no fue sencilla. Primero tuvieron que encontrar una salida a los pasivos que arrastraba Agua de Puebla. Eso lo lograron con un crédito apalancado por Banorte y Banobras, con el que liquidaron la deuda que arrastraban y se hicieron de recursos frescos adicionales por 2 mil 200 millones de pesos para lanzar el ambicioso programa de inversión que los obliga el contrato.
Esa maniobra no pasó desapercibida y llevó a la empresa a recibir el Premio al Financiamiento de Proyectos e inversiones en infraestructura 2023, que otorga la prestigiada consultora LatinFinance, la cual advirtió que el éxito radica en “funcionar de manera autosustentable, toda vez que los créditos solicitados se liquidan de manera íntegra, a través del pago de los usuarios por los servicios de agua, drenaje y saneamiento y la ejecución de obras hidráulicas depende de los recursos recabados que se invierten en la mejora del suministro, la sustitución y nuevas redes de agua y drenaje, la construcción de tanques de almacenamiento, la rehabilitación y ampliación de las plantas potabilizadoras y ablandadoras de agua potable y las de tratamiento de agua residual”.
Con los recursos en la mano por el apalancamiento, Héctor Durán se lanzó a detonar el Plan de Inversión 2022-2024, integrado por siete rubros: Eficiencia física, Agua nueva, rehabilitación de infraestructura, drenaje, saneamiento, estudios y proyectos y programas de micromedición.
En 2023, recuerda Durán Durán, Agua de Puebla estuvo en condiciones para sentarse con la Conagua y signar un compromiso voluntario para cumplir con la NOM-001-Semarnat en un plazo de cuatro años; es decir, en 2027. Los trabajos requieren de una inversión total de 3 mil 700 millones de pesos.
Lo que el directivo hizo parece fácil, pero solo unos cuantos organismos en el país pueden presumir de lograrlo.
¿A DÓNDE SE APLICA EL DINERO?
Para entender la magnitud del Plan de Inversión solo basta con echar un ojo a las proyecciones anuales y al proyecto trazado para 2024 que incluye 79 acciones, por un monto de mil 96.1 millones de pesos, los cuales se sumarán a los otros mil 233 millones de 2022 y 2023.
¿A qué le apuesta Agua de Puebla este año? No solo a cumplir el plan de inversión, sino aterrizar un esquema único en el país: Ser la primera concesionaria en ofrecer el servicio de agua de reúso; es decir, poner en marcha nueva formas alternativas de aprovechamiento.
Para conseguirlo, cuenta con cinco plantas tratadoras que han sido o están en rehabilitación, además de la construcción de una más. De ese universo, un par se encuentran prácticamente operando para reúso de agua, lo que se denomina etiqueta morada en el mundo de los operadores.
Esta situación no ha sido sencilla debido a que Agua Puebla tiene que enfrentar el grave problema de contaminación del río Atoyac, cuyos residuos de toda la cuenta termina en las plantas de saneamiento de la empresa sin que hayan pasado siquiera por un filtro. “Se descarga de todo, indiscriminadamente”, critica Héctor Durán.
Los números de la concesionaria no dejan dudas: Del total del agua tratada en sus plantas, el 35 por ciento corresponde a las descargas que van del corredor Tlaxcala-Ciudad de Puebla.
Los municipios asentados en esa franja no cuentan con la infraestructura ni tienen interés en construirla. Es por eso que la empresa explora la posibilidad de ofrecer un servicio completo cuyos dividendos ni siquiera serían recibidos por Agua de Puebla, sino que los Ayuntamientos podrían signar convenios con el Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla que recibiría la recaudación de las tarifas, un esquema que ha tenido mucho éxito en Estados Unidos y Europa, ya que las autoridades prácticamente realizan una inversión cero y consiguen un servicio indispensable.
Todo esto va de la mano con lo proyectado para este 2024. Habrá, por ejemplo, 17 acciones en la automatización, medición, control y sectorización; otras 11 en nuevas fuentes de abastecimiento, lo que significa elevar el suministro en 496 litros por segundo que se destina a las zonas con la mayor necesidad del líquido.
Están programadas otras dos acciones en la rehabilitación y construcción de plantas potablizadoras; otros 29 planes para tanques nuevos, líneas, estaciones de bombeo y redes. A eso se sumarán 11 acciones en estaciones de bombeo, construcción o remozamiento de colectores y redes.
Una de las partes sustanciales será la inversión de 333.5 millones de pesos en saneamiento, que se orientará a dos plantas de tratamiento.
SEQUÍA, EL RETO PARA EL QUE SE PREPARARON
De acuerdo con la NASA y la ONU, 2024 será el año más caluroso y con menor disposición de agua dulce en el mundo. México y Puebla no son exentos a ese problema. A decir de Héctor Durán, la concesionaria está preparada para este reto y no pasaremos condiciones graves como las que se esperan en la Ciudad de México.
La atención a fugas, la rehabilitación de la red hidráulica, la apertura de nuevos puntos de extracción para el suministro, combinado con la estrategia de agua de reúso serán algunas de las fortalezas para enfrentar la temporada de estiaje.
Los esfuerzos de Agua de Puebla para evitar fugas y atender han rendido frutos, pues el índice de eficiencia alcanza el 68 por ciento, una cifra impresionante ante la realidad que enfrentaba Puebla hace apenas una década, cuando la mitad del agua que se suministraba a los usuarios se perdía por la antigüedad de la red.