En un mensaje dirigido a su partido Morena, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que su papel no es “regañar” a los militantes que se aparten de los valores del movimiento.

“Mi comportamiento ante la vida y ante el pueblo siempre será humilde… y si hay alguien que no se comporte, pues no soy mamá para andar llamando la atención”, sentenció.

Las declaraciones de Sheinbaum se producen en un contexto de tensión interna dentro de Morena, donde se ha advertido un alejamiento de algunos grupos respecto a los principios fundacionales del movimiento.

La mandataria advirtió que la rendición de cuentas no vendrá de su autoridad personal sino del “juicio del pueblo”, enfatizando que el ejercicio del poder debe basarse en la humildad, la cercanía y el respeto a los principios.

La presidenta recordó que su gobierno ha dejado claro su rechazo al nepotismo y a la parafernalia del poder.
En este sentido, advirtió que los partidos que “normalicen poner a familiares como candidatos” serán sancionados por la ciudadanía.

Asimismo, insistió en que su papel como Presidenta de la República no implica una supervisión directa del partido.

“Yo no soy dirigente de Morena; soy la presidenta de la República, pero cuando veo que estas cosas están pasando me parece que una opinión humilde puede servir”, añadió.

La declaración ocurre en medio de reportes sobre actos de soberbia y lujos dentro de la Cuarta Transformación (4T), donde figuras del partido han sido señaladas por comportamientos que, según Sheinbaum, contravienen la austeridad republicana.

Finalmente, Claudia Sheinbaum aseveró que el partido debe regresar a los valores del movimiento —humildad, austeridad y cercanía con el pueblo— y que el liderazgo se ejerce a través del ejemplo y la ética, no del mando paternalista.