Publicado originalmente por Verónica M. Garrido en EL PAÍS, compartimos este reportaje por su relevancia e interés periodístico.
Con banderas blancas, del anime One Piece y de México, con el rostro de Carlos Manzo en lugar del escudo, arrancó la manifestación de la generación Z desde el Ángel de la Independencia. Abundaban las vestimentas de blanco y los sombreros, imitando el vestuario del alcalde de Uruapan. La mayoría de los asistentes eran personas que superan los 30 años y los jóvenes eran la minoría. Salvo en el tramo final ya en el Zócalo, cuando un grupo de jóvenes encapuchados lanzaron piedras y botellas contra el Palacio Nacional, amurallado como es habitual durante las protestas. Llegaron a derribar algunas vallas y se enfrentaron con la policía. Por lo demás, la jornada transcurrió de modo pacífico. Entre los lemas más repetidos sobresalieron los insultos a la presidenta, la reivindicación de “no somos inteligencia artificial” y las exigencias de “fuera Morena”.
La movilización de este sábado, la primera gran protesta contra el Gobierno de Sheinbaum, llegaba cargada de polémica. El Gobierno ha denunciado durante la semana la instrumentalización y captura por parte de la oposición de una supuesta convocatoria espontánea de las generaciones más jóvenes, un movimiento que ha derribado gobiernos en países tan dispares como Nepal, Perú o Madagascar en el último mes. Sheinbaum presentó un detallado informe apuntando a una “estrategia digital articulada”. El informe pone detrás a influencers, figuras de la oposición, bots y cuentas vinculadas a Atlas Network, una organización ultra presente en varios países.
Fernanda, de 29 años, explica las razones de su asistencia. “Estoy aquí porque amo México. Estoy cansada de tanta violencia, de tanta inseguridad en nuestras calles”. La joven critica el informe de Infodemia que presentó el Gobierno. “Claudia tiene miedo. No somos pocos como dijeron, tampoco somos bots. Somos personas reales, estudiantes, trabajadores y gente que quiere un México mejor”. Para ella, el presidente Nayib Bukele de El Salvador es un ejemplo de líder internacional. Se considera apartidista, en contra del gobierno de Sheinbaum, pero a favor de que Ricardo Salinas Pliego se lance como candidato en un futuro: “Él tiene ideas diferentes porque sé que es un empresario que no sabe de política, pero si él llegara tendría todo mi apoyo”.
El empresario fue de los primeros en amplificar los mensajes de las movilizaciones de la generación Z por el mundo. En plena disputa con el Gobierno con sus millonarias deudas fiscales de fondo, ha apoyado públicamente la marcha. Este jueves, tras el fallo judicial que obliga al empresario a saldar una deuda fiscal de 50.000 millones de pesos, la cuenta de generación Z publicó un cartón en el que se retrata a Sheinbaum ahorcando y apuntando a una persona con un arma etiquetada como SAT. Desde el Gobierno señalan que el magnate es parte de una campaña orquestada de desgaste, con un gasto estimado de 90 millones de pesos.
La marcha convocada para este sábado bajo el nombre Generación Z México surgió como un movimiento disperso en redes sociales, impulsado por mensajes creados con inteligencia artificial, referencias de anime y consignas contra el Gobierno, que en cuestión de semanas se transformó en una movilización nacional. El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, aceleró la convocatoria, que se presenta como una protesta juvenil a escala nacional y con presencia en ciudades de Estados Unidos, Alemania y Canadá.
En las redes sociales, donde nació la convocatoria, abundan los videos generados con inteligencia artificial que animan a asistir con publicaciones de adolescentes que denuncian una manipulación política. Entre los promotores figuran influencers como Temach, Chumel Torres y Arturo Herrera, además de portales y figuras de oposición. El movimiento apela a jóvenes entre 15 y 20 años que no vivieron movilizaciones como #YoSoy132 y comparte consejos para quienes marchan por primera vez. Por su parte, el Gobierno ha insistido en desenmascarar la convocatoria. La presidenta sostiene que el origen del movimiento “no es genuino” y que actores empresariales y mediáticos impulsaron la protesta desde el extranjero.
Cuando la marcha llegó al Zócalo, un grupo de como un centenar de jóvenes comenzaron a lanzar objetos por encima de las vallas que protegían el Palacio Nacional. La gente se dispersó en las entradas por el gas pimienta con el que respondió la policía. Los jóvenes encapuchados llegaron a romper algunas vallas y lanzaron petardos mientras los manifestantes vestidos de blanco observaban a la distancia.
El pliego petitorio de Generación Z México incluye la revocación de mandato, reformas judiciales y demandas de transparencia, aunque en redes predominan mensajes sobre seguridad, hartazgo y corrupción. La figura de Carlos Manzo se ha usado como estandarte pese a que su familia se ha deslindado de la protesta. El informe presentado por el Gobierno rastrea el origen de la convocatoria a inicios de octubre, con un reportaje de Azteca Noticias, de la televisora de Salinas Pliego, seguido por publicaciones de influencers y la creación coordinada de cuentas en distintas redes sociales. Entre el 16 de octubre y el 1 de noviembre, el tono pasó de una protesta “pacífica” a imágenes creadas con IA que mostraban al Palacio Nacional en llamas.

