Una nueva tensión ambiental se ha intensificado en la frontera entre México y Estados Unidos debido a las continuas descargas de aguas residuales desde Tijuana hacia la costa de San Diego.
Y es que, desde 2018, más de 100 mil millones de galones de aguas residuales han fluido desde Tijuana hacia el océano Pacífico, afectando gravemente la calidad del agua en el sur de California y causando enfermedades entre residentes y personal militar.
Ante ello, con motivo del Día de la Tierra, el administrador de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA), Lee Zeldin, instó a México a implementar soluciones permanentes para detener el flujo de aguas contaminadas que cruzan la frontera. Zeldin enfatizó la necesidad de cooperación binacional y señaló que la EPA presentará próximamente una lista de proyectos necesarios para abordar la crisis.
Pese a que el Congreso de EE.UU. ha asignado $653 millones para mejorar la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales de South Bay, expertos indican que se requieren proyectos adicionales de infraestructura para resolver completamente el problema, que lleva décadas afectando la región: provocando cierres de playas, problemas de salud pública y ha generado llamados urgentes a la acción por parte de autoridades estadounidenses.
Por su parte, la secretaria de Medio Ambiente de México, Alicia Bárcena, ha expresado su compromiso para abordar la situación, y se espera que ambas naciones emitan una declaración conjunta confirmando sus compromisos mutuos.