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jueves, diciembre 5, 2024

Un naranja no tan dulce

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Diez minutos puede resultar una eternidad o un instante dependiendo que suceda. Si hacemos una búsqueda en internet de qué hacer en diez minutos los resultados son alentadores, rutinas de ejercicio, manualidades, recetas de cocina, consejos de belleza, métodos de estudio y otras actividades recreativas que se pueden realizar fácilmente en diez minutos.

Pero, existe otra realidad en la que cada diez minutos una mujer pierde la vida a manos de su pareja o de alguien cercano a su círculo, tan solo en Puebla han ocurrido 39 feminicidos de enero a noviembre de este año, colocando a nuestra entidad en el séptimo lugar con más ataques a mujeres en el país.

El 25 de noviembre se conmemoró, el día internacional de la Eliminación de la Violencia en contra de la Mujer, los edificios gubernamentales se iluminaron de color naranja y muchos fueron los discursos que se emitieron con personas vestidas de este mismo color, condenado la violencia contra las mujeres.

Sin embargo, no es un naranja tan dulce, pues la violencia contra las
mujeres no cesa, por el contrario, existen nuevas y elaboradas formas
de violentar mujeres y niñas, como la violencia digital. Tenemos el caso
de Diego N, quien utilizó inteligencia artificial para difundir fotografías
de índole sexual de sus compañeras del Instituto Politécnico Nacional.

Gracias a la activista poblana Olimpia Coral, contamos con una legislación (ley Olimpia), que sanciona estas conductas, pero las denuncias para este tipo de delitos siguen siendo tediosas y revictimizantes para las afectas, tampoco existe una policía cibernética eficiente que investigue este tipo de delitos, pues es ampliamente sabido que la mayoría de las victimas prefiere acudir con colectivos de activista (como @colectivodrl), para que las ayude a eliminar contenidos que se difundieron sin su consentimiento.

El ámbito político no se queda atrás, pues la violencia política de género
se hace cada vez más patente, incluso desalienta a las mujeres a participar
en los procesos electorales, un ejemplo claro de esto es la elección para
personas juzgadoras derivada de la reforma judicial, en la que el porcentaje de participación de mujeres fue mucho menor al esperado.

Sin duda existen avances en legislaciones, políticas públicas y acciones afirmativas para tratar de eliminar las violencias en contra de mujer niñas y adolescentes, pero la lucha tiene que ser constante y firme, no solo por parte de las autoridades y entes de gobierno, sino también, por parte de todas las personas es momento de deconstruir antiguas creencias para construir una sociedad menos violenta y más igualitaria donde no haya la necesidad de volver a decir ¡ni una menos!

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