Aunque diferentes actores han querido vender como un éxito el proceso interno para la elección del candidato presidencial del Frente Amplio por México, en los hechos todo se convirtió en un galimatías en el que predomina el olor a cloaca política.
Tras el cierre de la primera etapa que consistía en la recolección de 150 mil firmas de apoyo en 18 entidades del país, las denuncias de irregularidades salieron a la luz. El panista Jorge Luis Preciado de plano renunció a 27 años de militancia tras denunciar que el proceso era una “simulación” y que ya estaba “acordado, firmado y sellado que” Bertha Xóchitl Gálvez Rangel sea la candidata.
Al colimense le siguieron el senador Miguel Ángel Macera y el exgobernador de Michoacán Silvano Aureoles, quienes tronaron contra el comité organizador ya que nadie les supo explicar por qué quedaron fuera de la contienda si recabaron más de las 150 mil firmas necesarias.
La exclusión de ambos perredistas llevó al dirigente nacional del sol azteca, Jesús Zambrano Grijalva, a declarar una “pausa” en la participación de su partido en el frente hasta mientras no se tenga claridad de lo que ocurrió.
Apenas se anunció la decisión de Zambrano, el propio Miguel Ángel Mancera no descartó la posibilidad de que PRD y Movimiento Ciudadano se alíen para la contienda presidencial. En una entrevista que concedió al portal Expansión, reveló lo siguiente:
“Yo escucho en el país a las personas de los diferentes estados muy enojados, muy molestos. El presidente nacional, Jesús Zambrano, planteó que se haga una consulta. Eso lo hará la dirigencia nacional. Él dijo que se continúa en el Frente, pero se hace una pausa en el proceso. Con ese trato, ¿qué te queda? Nada.
“Le dicen muchas cosas a MC y crece. A lo mejor tendrán que reflexionar en la dirigencia nacional… Veo que les dicen muchas cosas en varios lugares (a los de MC), y veo que crecen, y tienen preferencias interesantes en muchos sitios. Por el otro lado, cada vez que participamos (con PAN-PRI), el PRD pierde porcentajes”.
Con el PRD en stand by, las dirigencias nacionales del PAN y PRI se convirtieron en los pilares que sostienen el proceso interno del frente. Pero es justo en esta condición en que las diferencias entre ambos se maximizan y abre la posibilidad de que el tricolor puede meter el acelerador en la definición del candidato presidencial.
De acuerdo con los resultados finales, Xóchitl Gálvez obtuvo 554 mil 699 firmas de respaldo, de las cuales 426 mil 727 (78.7 por ciento) fueron de ciudadanos, 90 mil 143 (16.2 por ciento) de los partidos políticos y 27 mil 839 de sus promotores.
En segundo lugar, se ubicó Beatriz Paredes Rangel con 452 mil 934 rúbricas, de los cuales 195 mil 610 (43.1 por ciento) fueron de ciudadanos; otros (38.6 por ciento) y 81 mil 362 de sus promotores.
La tercera posición fue para el panista Santiago Creel Miranda -quien se vendía como el favorito antes de la irrupción de Xóchitl Gálvez. Recaudó 358 mil 735 firmas, de las cuales 143 mil 434 (40.1 por ciento) fueron de sus promotores -la mayoría panistas que forman parte de la estructura del partido, dígase legisladores, integrantes de los comités directivos estatales o municipales, entre otros-; a eso le siguieron 114 mil 975 (32 por ciento) de ciudadanos y 100 mil 237 (27.9 por ciento) de los partidos políticos.
Finalmente, Enrique De la Madrid acreditó 344 mil 729 apoyos, siendo 150 mil 701 (43.7 por ciento) de partidos políticos, 135 mil 539 (39.3 por ciento) de ciudadanos y el restante 58 mil 489 de sus promotores.
¿Qué se desprende de estos datos? Que la estructura priista se encuentra muy bien articulada a favor de sus dos aspirantes y eso permitió que casi igualaran el respaldo ciudadano para la tlaxcalteca Beatriz Paredes y superaron al que recibió Enrique De la Madrid. Los dos, ya se vio, cuentan con el potencial necesario para una justa electoral: respaldo ciudadano y estructura.
Pero eso no es todo: En caso de que ambos pasen a la tercera ronda, uno puede declinar a favor de otro, sumar fortalezas y crear un frente común contra Xóchitl Gálvez o Santiago Creel.
Ahora bien, ¿qué se desprende de los datos de los aspirantes panistas? De entrada, que el Comité Ejecutivo Nacional del PAN cargó toda su estructura a favor de Santiago Creel, por lo que el presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro es producto de un partido y no de un respaldo ciudadano.
La diferencia entre segmentos a favor de Creel es de dos a uno. Los promotores que, como ya dijimos líneas arriba, son la estructura propia del albiazul y los militantes partidistas recopilaron 243 mil 761 firmas (69.7 por ciento) frente a las 114 mil 974 personas que voluntariamente accedieron a la plataforma a manifestar su respaldo.
En otras palabras: Siete de cada 10 firmas de apoyo para Santiago Cree fueron de los entes y estructuras partidistas.
Con Xóchitl Gálvez ocurre todo lo contrario: Ocho de cada 10 firmas fueron de ciudadanos de a pie, mientras que la estructura partidista apenas recaudó 90 mil 143 sufragios.
Ambos datos por sí mismos son abrumadores, ya que por un lado el PAN tiene registrado 304 mil 523 militantes lo que significa que Xóchitl Gálvez destrozó el esquema que traía la dirigencia nacional del PAN para imponer como candidato a Creel.
El resultado de la hidalguense, sin embargo, no podría entenderse sin dos factores: La irrupción del presidente Andrés Manuel López Obrador en la contienda interna del frente para fortalecer la figura de Gálvez que, a la luz de estos datos, resultó magistral.
Y el otro factor, tal vez el más importante, es la pugna que existe entre Marko Cortés Mendoza y los gobernadores del PAN. La manzana de la discordia ha sido la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional que deberá renovarse después de la elección presidencia de 2024.
Sabedores en Acción Nacional que hay poco margen de posibilidad de un triunfo en 2024 en el terreno presidencial, la dirigencia nacional se convirtió en el verdadero objetivo de la batalla, ya que desde ahí se puede construir el camino hacia cualquier futuro político.
En esta lucha, sin embargo, influyó principalmente la definición de la estrategia del candidato presidencial. Marko Cortés trazó una sola ruta a favor de Santiago Creel, la cual está a punto de naufragar. Los gobernadores al darse cuenta recularon en su participación y optaron por negociar espacios plurinominales, pero tampoco tuvieron éxito.
Por ejemplo, el yucateco Mauricio Vila, el gobernador mejor evaluado en todo el país, fue relegado a la séptima posición en la lista al Senado de la República, lo que pone en riesgo su llegada.
Fue así, poco a poco, que los contrarios vieron en Xóchitl Gálvez al personaje perfecto para darle todo su respaldo. La instrucción de varios gobernadores fue respaldar a la hidalguense al margen del partido e ir justamente con la sociedad civil ya que ahí se encuentra el talón de Aquiles de Acción Nacional.
En este escenario de pugna interna entre Marko Cortés -que está más interesado en imponer a Creel y hacerse de la candidatura al gobierno de la Ciudad de México para uno de los suyos-, los gobernadores, Xóchitl Gálvez y el PRD, el Revolucionario Institucional tiene frente a si un amplio margen de maniobra que le ayude a colarse en la definición más importante del Frente.
¿Podrá el PRI designar al candidato presidencial? Hoy la coyuntura le favorece y esa jugada sería ampliamente celebrada por el inquilino de Palacio Nacional.