Tres tuits difundidos por el petista Gerardo Fernández Noroña, así como el morenista Mario Delgado Carrillo y el dirigente panista Marko Cortés Mendoza terminaron por confirmar el acuerdo que existía entre esos tres partidos y el secretario de Gobernación federal, Adán Augusto López Hernández, para imponer a Moisés Ignacio Mier Velazco como gobernador sustituto en Puebla.
¿Qué llevó a esas cuatro fuerzas políticas a privilegiar la unción del coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en San Lázaro?
Una hipótesis fue revelada por la reportera Viridiana Lozano, quien aseguró que Marko Cortés habría pactado ceder el estado de Puebla a cambio de que el panismo resultara beneficiado con Coahuila, en donde la alianza Sí por México puede limpiarse la cara si es que es aniquilada en la elección del Estado de México, a realizarse en 2023.
Otro escenario tiene su mira en 2024 y la Ciudad de México.
Resulta que a raíz de la investigación que se sigue contra el Cártel Inmobiliario de la CDMX -que actualmente tiene en la cárcel a Christian Von Roehrich, exdelegado panista de la alcaldía Benito Juárez-, Marko Cortés habría encontrado una ventana de oportunidad para detener la persecución.
En el análisis del Comité Ejecutivo Nacional del PAN era preferible ceder al PRI la candidatura del Estado de México para 2023 y reservarse la capital del país, en donde tienen posibilidad de ganar en la próxima elección. Sin embargo, el principal aspirante del grupo de Cortés Mendoza, Jorge Romero Herrera, actual coordinador del Grupo Parlamentario panista en San Lázaro, también se encuentra involucrado en la investigación del Cártel Inmobiliario lo que prácticamente lo descarta como posible abanderado.
Así pues, existen fuertes sospechas de que el diputado federal propició una presión a la dirigencia nacional para ceder o tender un acuerdo: A cambio de apoyar a la Secretaría de Gobernación federal para imponer Ignacio Mier en Puebla a consecuencia de la muerte del gobernador Miguel Barbosa Huerta, el panismo se libraría de la investigación en su contra y transitarían sin problema rumbo a 2024 para la CDMX.
Por otra parte, durante la jornada del 14 de diciembre, la dirigencia nacional del Partido del Trabajo y del impresentable de Gerardo Fernández Noroña presionaron de tal manera para frenar el arribo de Sergio Salomón Céspedes Peregrina no sólo porque mantienen un pacto con Adán Augusto López sino porque también se encontraban justo en la coyuntura de la discusión del Plan B de la Reforma Electoral, el cual se incluye la transferencia de sufragios a partidos aliados de Morena para ayudarlos a sumar el porcentaje mínimo necesario para conservar su registro.
Era una jugada de dos bandas: Mantener la iniciativa tal y como fue aprobada en el Senado, así como imponer a un incondicional en la gubernatura poblana.
El tuit que Fernández Noroña publicó alrededor de las 19:30 horas del pasado miércoles tenía como principal mensaje que se preparaba un albazo para imponer como gobernador sustituto a Sergio Salomón Céspedes Peregrina y no tuvo empachó en colgarse de la condición de su antiguo amigo Miguel Barbosa. “Todavía no han pasado 24 horas del fallecimiento del gobernador @MBarbosaMX y ya tienen el albazo preparado”.
El mensaje tenía como finalidad frenar la discusión en el Congreso y ganar tiempo -con la prórroga de la unción- para limpiarle el camino a Ignacio Mier.
Como no hubo respuesta esperada, entonces, Mario Delgado se subió a la discusión con su propia publicación. “Nuestro presidente nos ha enseñado que para tener autoridad política hay que tener autoridad moral. Ojalá y nuestros diputados en Puebla tengan tantito respeto por la memoria de nuestro compañero Miguel Barbosa que todavía no es sepultado y ya quieren nombrar gobernador sustituto”.
En realidad, tanto Fernández Noroña como Mario Delgado pretendían ganar tiempo porque Ignacio Mier no podía ser electo en el Congreso del estado hasta mientras la Cámara de Diputados no aprobara su licencia como diputado federal, lo cual ocurriría hasta un día después (15 de diciembre).
Pero fue al filo de las 13 horas del jueves cuando Marko Cortés publicó un rabioso tuit que confirmó el pacto que mantenía con la Segob, Morena y el PT.
“El Comité Ejecutivo Nacional del #PAN no avala la precipitada y vergonzosa componenda de los diputados locales poblanos que entre uno de ellos mismos nombraron al gobernador interino, realizando seguramente acuerdos inconfesables.
“Aún Barbosa no ha sido sepultado y ya se repartieron el poder, habiendo tenido 30 días para la designación del interino, lo hacen en lo oscurito sin una agenda mínima de compromisos públicos que beneficien no solo a unos cuantos, sino a todas las familias poblanas”
Y para intentar desviar la atención, agregó: “@lopezobrador_ con su plan V de venganza, han dado un nuevo golpe a la Constitución y al INE, evidenciando su ambición por controlar y debilitar las instituciones”.
El argumento del líder nacional resultó ridículo, ya que salvo Rafael Micalco Méndez, toda la fracción del PAN en el Congreso local votó a favor de Sergio Salomón Céspedes.
El enojo era entendible porque se había caído la posibilidad de conseguir la impunidad de los panistas involucrados en el Cártel Inmobiliario. Para Marko Cortés, Puebla representaba la ficha suficiente para catafixiarla por lo que mejor le conviniera.
Lo que los líderes del PAN, Morena y PT, así como la Segob federal no esperaban fue que el Congreso local y sus diferentes fracciones estaban dispuestos a soportar la presión. De esa forma dieron una muestra de Federalismo y dejaron en claro que en Puebla deciden los poblanos.
