Los malquerientes del gobernador Miguel Barbosa Huerta se frotaban las manos conforme más se acercaba 2024, pues en su lógica el mandatario y Morena carecían de cuadros que pudieran competir por la candidatura a Casa Aguayo.
Solo bastó que el mandatario diera el banderazo de salida para la sucesión y la caballada apareció. El primero fue Sergio Salomón Céspedes Peregrina, seguido por Gabriel Biestro Medinilla y Melitón Lozano Pérez.
Este jueves asistiremos al destape de Olivia Salomón Vibaldo y no se olvide de incluir en la lista al secretario de Salud estatal, José Antonio Martínez García, y al presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez.
A primera vista, el argumento sería que ninguno cuenta con la competitividad suficiente para disputar la posición a Alejandro Armenta Mier, quien es el único antibarbosista que queda en la carrera. Pero, como dijeran las abuelitas: el diablo se esconde en los detalles.
La decisión de dar por iniciada la sucesión permitirá a los seis aspirantes ligados al mandatario estatal tener todo un año de posicionamiento y trabajo efectivo para remontar sus debilidades. Todos tienen una condición que los atraviesa: Son caras nuevas, sus negativos son muy bajos y pueden meterse a la puja si actúan con método y estrategia.
Todos los aspirantes son mujeres y hombres que guardan un estrecho lazo con Miguel Barbosa Huerta: Céspedes Peregrina ha sido un eficiente operador en el Congreso del estado, tiene ascendencia política y goza de oficio que le gusta al gobernador.
En estos días, se espera una desbanda de priistas de la región de Tepeaca, de la que es originario, que fragmentará las bases del clan de los Morales Flores, a quienes han bautizado como La Familia ORPI (porque nadie se salva de la Operación con Recursos de Procedencia Ilícita), que ya fueron a echarse a los brazos de Alejandro Armenta Mier.
Melitón Lozano es un hombre muy respetado por el mandatario. Un político de izquierda, seguidor de AMLO desde hace muchos años y ha sido dos veces alcalde en Izúcar de Matamoros por las siglas del PRD y Morena. Su consistencia ideológica es a prueba de balas.
Gabriel Biestro es el hombre más leal al mandatario. Fue el único que no negoció ni pactó con el morenovallismo en 2018, además de que su desempeño en el Congreso del estado dejó buen sabor de boca.
Héctor Sánchez Sánchez ha demostrado su lealtad al gobernador y un amplio respeto entre cabezas de diferentes poderes locales. El magistrado, no obstante, debe transitar hacia un ejercicio político muy diferente al que realiza en el Poder Judicial. En la medida de que lo resuelva será la clave de su futuro.
Olivia Salomón ha sido calificada en público y privado por Barbosa Huerta como una mujer eficiente y eficaz. Su figura fresca, capacidad de abrir las puertas de los capitales para traerlos a Puebla y su poblanidad ha sido determinante para ser considerada como tal.
El que resulta una agradable sorpresa es José Antonio Martínez. No hay día en que el gobernador no le eche flores por su trabajo e incluso lo ha catalogado como el mejor secretario de salud del país. Su perfil es muy atractivo para las clases populares debido a su soltura y sencillez.
Un punto que no debe perderse de vista es que Morena no tendrá un día de campo para las elecciones de 2024 y que la guerra electoral y política ha comenzado. Las piezas deben alinearse porque si bien solo hay una candidatura para gobernador, en el proceso que se avecina hay cuatro espacios disponibles de gran importancia: la gubernatura, dos senadurías y la presidencia municipal de Puebla.
En la casa de enfrente, es muy poco probable que un priista transite hacia el abanderamiento. El PAN se empecinará en elegir a Eduardo Rivera Pérez, pero esa es justo la mejor noticia que Morena puede tener. Un análisis desprejuiciado permite comprender que el munícipe es un rival vulnerable y solito está contribuyendo a su debacle.
Repito: no será fácil, estamos en una guerra y Morena, a través del gobernador, alineó el tablero para que no haya sorpresas.
Al tiempo.
