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domingo, abril 28, 2024

La ultraderecha y el complot mongol

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El cónclave auspiciado por Daniela Mier Bañuelos, diputada local e hija del coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier Velazco, permitió conocer de primera mano la forma en que los trapos sucios se lavan al interior de la ultraderecha poblana enquistada en el PAN.  

La trama es simple: Tres legisladores locales -un oportunista, una desconocida y una integrante de una familia de rancio abolengo yunquista- complotan para ganar espacios en el PAN y la política local… desde Morena. (Risas grabadas). 

Veamos: la semana pasada seis diputados locales de Morena y del PAN fueron recibidos en la casa de Mier Bañuelos con la finalidad de poner en claro que tienen enemigos en común, y era necesario trazar una hoja de ruta para descarrilar a las posibles cartas del gobernador Miguel Barbosa Huerta para que lo sucedan en la gubernatura en 2024.  

En la mesa pusieron tres nombres: el secretario de Educación Pública, Melitón Lozano Pérez; el líder del Congreso local, Sergio Salomón Céspedes Peregrina; y el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez.  

Los panistas que asistieron al encuentro, Mónica Rodríguez Della Vecchia, Rafael Micalco Méndez y Guadalupe Leal Rodríguez, agregaron a un cuarto: Eduardo Rivera Pérez.  

Así pues, no le extrañe que, en los siguientes días y semanas, ese grupo de panistas y los morenistas Iván Herrera Villagómez, Angélica Cervantes González, Liliana Luna Aguirre y la propia Daniela Mier inicien una andanada contra el cuarteto de políticos, entre los que destacan dos de los hombres con mayor influencia en cabezas de instituciones capaces de desbarrancar cualquier proyecto. 

En el caso de los legisladores de Morena es bastante conocido que forman parte del grupo antibarbosista y que pretende, a como dé lugar, imponer en la candidatura de su partido al gobierno del estado en 2024 a Ignacio Mier.  

Pero, la participación de los tres panistas es bastante interesante por diferentes razones. En el caso de Micalco Méndez estamos frente a un notorio oportunista, un lobo solitario que solo ve por sus propios intereses. De acuerdo con las fuentes consultadas, el exdirigente estatal, que fue hallado responsable de malversación de recursos en su gestión, se propuso (no se ría) como una “alternativa” frente a Rivera Pérez.  

Respecto a Guadalupe Leal, otrora integrante del grupo político del alcalde de Puebla, su intención es cobrar viejas cuentas de su exjefe político. Sobre su trascendencia política, bueno, lo que destaca son los videos que ha grabado en YouTube con la finalidad de ser conocida como sea.  

(Por cierto, la legisladora habría sido la responsable de filtrar la información sobre el encuentro que sostuvo la mayoría de la fracción del PAN en el Congreso del estado con el inquilino de Casa Aguayo. Esa acción la convirtió en una política poco fiable). 

El caso más interesante es el de Mónica Rodríguez. Su incursión al complot mongol responde a una estrategia más profunda: apoderarse del PAN y/o ser un factor de influencia determinante rumbo a la definición de las candidaturas en 2024.  

La diputada local no actúa por encomienda personal sino como parte de un concierto de complicidades en el que se encuentra su cuñado Herberto Rodríguez Regordosa. Ambos saben que están lejos de ser el poder político al interior del panismo, pero sí son la cara visible del poder económico de la ultraderecha poblana.  

La familia Rodríguez Regordosa, encabezada por Nineta Regordosa, patrona de la UPAEP, aprovechó el vacío que existe en el panismo para ir tejiendo una serie de alianzas, a fin de permitir que las familias custodias retomen el control del partido. 

La participación de Mónica y Herberto en el conflicto de la Universidad de las Américas Puebla fue el primero de muchos pasos en ese sentido, aunque el más importante ha sido construir una corriente al interior del panismo lo suficientemente fuerte para disputar la candidatura a gobernador a Eduardo Rivera Pérez.  

En ese sentido, Herberto y Mónica entendieron que para crear un blindaje era necesario aplicar la máxima de la política: Los enemigos de mi enemigo son mis amigos. Ignacio Mier, sus hijos, así como Carlos Evangelista, Claudia Rivera y Alejandro Armenta son los personajes más identificados en el bloque antibarbosista, pero eso no significa que todos cumplan con los requisitos para construir una alianza robusta. 

Es por eso que ambos panistas se decantaron por Ignacio Mier, a quien consideran la ficha con mayor influencia en la política nacional y con quien pueden alcanzar acuerdos y tener valores entendidos. 

La alianza es todavía temporal, pero tiene como finalidad forzar al acomodo de tiempos y coyunturas que los beneficie en la definición de los abanderados para una elección en la que está en juego todo: la presidencia de la República, el Senado, la Cámara de Diputados, el Congreso local y 217 presidencias municipales.  

Aunque esta alianza sea como el agua y aceite (Herberto y Mónica son los principales impulsores de Frenna y Sí por México en la entidad), en el pragmatismo político, Mier Velazco y la ultraderecha se necesitan mutuamente para hacer frente a un gobernador que ha demostrado ser más inteligente, astuto y poderoso de lo que creyeron.  

Herberto Rodríguez, a su vez, sabe que al interior del PAN existen vacíos que son fáciles de llenar.  

Me explico: El alcalde no ha caído en cuenta que su inacción y falta de límites han permitido el crecimiento vertiginosa de Herberto Rodríguez. El no mover un dedo responde a que no pretende confrontarse con los barones del Yunque (al que pertenece el directivo de la UPAEP), y por eso hasta es capaz de premiar al hijo de Nineta Regordosa con la concesión del sistema de parquímetros.  

El edil sabe que está en una condición muy incómoda y un paso en falso significaría cerrarse la puerta al respaldo económico de esa élite.  

Si a algo le tiene pavor Eduardo Rivera, es a quedar mal con sus patrones del Yunque y mientras eso siga condicionándolo no tendrá más opción que ver cómo sus enemigos le ganan espacios, fichas y alianzas.  

El alcalde podrá haber impuesto a la dirigencia estatal del PAN, pero el verdadero poder se está cocinando en otra parte.  

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