A falta de una fecha para que el torneo de Primera División termine, nos vemos ante la realidad o ante la posibilidad de que el lugar 12 sea campeón.
A partir del año 2020, y como consecuencia de la pandemia que llevó a La Liga y a los equipos a grandes pérdidas económicas, la FMF puso la regla que, de 18 competidores, 12 podrían acceder al título, 3 se quedaban en el limbo y 3 más pagarían multa por quedar abajo en la tabla, castigo menor si hubiese descenso.
Con el repechaje que se jugará terminando la jornada 17, será el cuarto torneo en que se efectúe; siendo 4 partidos de más por torneo. Estos juegos de más sustituyen a los no jugados cuando los encuentros programados se tuvieron que suspender y, de eso, ya corrió agua en el río. Por lo que se ve este repechaje ya les gustó (como el no ascenso), provocando un torneo en el cual si eres grande y aprietas, al final puedes ser campeón, provocando ser un habitante de la casa del tío Lolo, haciéndote pen… tú solo. Las televisoras están contentas porque tienen contenido y evento que vender a los patrocinadores y los equipos celebran entrar al lobby de la fiesta.
Un torneo antes de instalar el repechaje, el Puebla que yo dirigía se quedó con 25 puntos en noveno lugar, sin derecho a nada. El Puebla del siguiente torneo con 20 puntos entró al repechaje, y con un partido a 90’ vs. Monterrey, el cual se ganó en penales y se pasó del lobby al salón de la fiesta; con 25 no se llegó a la meta y con 20 hubo serpentinas y confetti: vivir en la verdad o vivir en la mentira es el camino que tomó nuestra liga. Por lo visto, las televisoras, los dueños y la propia FMF escogieron el segundo camino.
No contentos con esta decisión, también se implantó La Liga de Expansión, en la cual los presupuestos son más cortos y un viaje de más pega fuerte en dichos presupuestos. La resultante en este torneo es que equipos que quedaron del 9 al 12 tuvieron que pagar viajes a Hermosillo, Ciudad de México, Zacatecas y Cancún para ganarse un lugar en liguilla: perdieron su juego, perdieron su dinero y, al final, se transmitieron 4 juegos más por 5 televisoras diferentes que, en este caso, fueron los únicos ganadores.
Siguiendo con el tema, en La Liga MX, hasta la fecha 16 de los 12 equipos con derecho a liguilla y derecho a repechaje, 6 cambiaron de técnico, señal de que las cosas no les caminaban bien, pero con un buen cierre pueden ser campeones y quitar a Pachuca, Tigres, Puebla, Atlas. Con esto se da respuesta a la inconsistencia del torneo: una semana ganas contra el mejor y la siguiente pierdes contra el peor, todo a sabiendas que de 22 puntos para arriba puede ser campeón, con menos del 50 por ciento de productividad, palabra que se refiere a lo óptimo necesario para destacar. Una fábrica que tiene que producir 100 piezas de lo que sea a la semana, si sólo fabrica 50 va directo a la quiebra. En nuestro fútbol, la ineficiencia se premia en aras de tener más producto televisivo, traducido en más ventas a los anunciantes.
El hilo negro está inventado y copiar a los de primer nivel es de sabios. Sólo poniendo el ejemplo de La Liga de España. Osasuna con 44, Valencia con 42, Rayo con 40 y Celta con 39, ocupando ahora el lugar del 9 al 12, en una campanada le podrían quitar el título al Madrid con 78 puntos.
PD. En mi escrito de la semana pasada, y sabiendo que la liberación de Joaquín Velázquez estaba a horas de dictarse, hice el compromiso con el hipócrita lector de dar puntos y señas de todo lo acontecido, situación que no puedo hacer porque el fiscal del caso, sin saber de mi parte los términos jurídicos, pidió una segunda instancia (para mí es segunda oportunidad) para poner más pruebas y señalar a Joaquín culpable.
Sólo me quedaría un consejo al señor fiscal: ¿Por qué no investigas al notario que dio fe a las sociedades que se abrieron?, ¿por qué no investigas a los que abrieron cuentas y movieron el dinero?, ¿por qué no investigas a personas involucradas en el delito y dejas de buscar un chivo expiatorio? En este caso, estamos peor que el repechaje: al que no compitió, lo quieren hacer campeón.
