Ese es el cristal con que se mira la profesión de Directores Técnicos. En el torneo de la Champions en Europa, en el cual compite lo mejor de este deporte, con los mejores técnicos, al final ganó solo uno, el señor Guardiola, con el grandísimo inconveniente que sus detractores, después de ganar todo en su liga inglesa, le achacan que hizo gastar en su gestión 2 mil millones de dólares; sí ganó la Champions, es el ganador, pero ni ganando convence, entonces se vuelve en un ente perdedor: un limbo, que a como va el tiempo, todos lo tendrán que ocupar porque todos opinan, con razón o sin ella, y eso provoca ensuciar lo que tenía que ser pulcro.
Quitando el caso del señor Guardiola, está profesión, en 92 por ciento de los que la ejercemos, somos de antemano derrotados. En un torneo que compiten 18, solo gana uno y dependiendo las reglas del certamen, no siempre el ganador es el mejor: Tigres quedo en el torneo en séptimo lugar. Equipos en puntos lo hicieron mejor que ellos. Al final, en el mini torneo que se juega con un gran espíritu comercial llamado liguilla, fue el mejor y a la postre Campeón, con un técnico que solo dirigió 10 juegos: pues bueno, todos los demás que compitieron, no lograron lo que el DT de Tigres consiguió.
El sábado pasado, viendo un partido de una liga extranjera: el rival tocó el área enemiga dos veces, al minuto 43 y al 89. Consiguió dos goles y a la postre los tres puntos, con muy poco, colocó al técnico derrotado, en el salón de los técnicos perdedores, mismo salón que ocupará, más temprano que tarde, el técnico ganador.
Ante este punto, totalmente engendrado en alguna visera, lo mejor es ser el ganador, después ser el perdedor, pero lo patético somos todos los que no ganamos ni perdemos: simplemente no ejercemos nuestra profesión y si tenemos que sacar una y mil preguntas, cuestiones, filosofías, formas y maneras, pero lo que más nos gusta y satisface no lo hacemos y fundamos un nuevo grupo llamado “peor que perdedores”.
Para rematar, tendré que hablar de quien o quienes crearon este movimiento de que solo el ganador vive y los demás mueren: Los Resultadistas, que son aquellos que no tienen la capacidad de partir, seccionar, analizar, cuestionar y mil verbos más, lo que sucede en una cancha. Esta gente, al final de los 90 minutos, levanta la mirada y ve en el marcador dos números, pertenecientes a los equipos participantes: a uno lo grita, al otro lo mata; así sin más, la aritmética tomó la decisión final y créanlo: este deporte tiene mucho más que aritmética.