No me gusta ser rémora, pero toda la semana, a nivel nacional y local, estos son los tres temas que más se tocan, en columnas, en programas y en pláticas de aficionados.
Difícil encontrar una verdad ante tanto ataque como defensa de estos protagonistas. Lo que impera son pocos argumentos para su defensa o ataque. Al no ser ciencia exacta, cualquiera que tenga más tinta o más saliva, saldrá mejor librado.
Yo no lo podría hacer de otra manera y más con el tema del Puebla. Reconozco que soy duro y que mi cariño a la institución me lleva a pensar de una manera unilateral.
OCHOA. Portero controvertido y más en los últimos tres años. Sigue jugando en la liga de Italia y no con los mejores resultados por ser el portero más goleado. En verdad, su equipo no lo ayuda y al final, el que sale en la foto recogiendo el balón en las redes es Paco Memo.
Su principal defensor y amigo, Mauricio Ymay, ayer dijo una gran verdad: el primero que se da cuenta cuando tiene un error es él. Con eso ya avanzamos mucho y él no tiene la culpa de que lo sigan poniendo entre los 11 iniciales. Me queda claro que al mundial no llegará, por sus condiciones a la baja, por su edad y porque este fin de semana ya se manifestó el portero del Santos Acevedo que, por el momento, es el más puesto para ocupar su lugar. La pregunta es ¿qué más da en Italia, en un equipo con mucha posibilidad del descenso, donde le siguen dando oportunidad de ser titular? El entrenador, que no come vidrio, algo le verá que le sirve.
Caso contrario es el del entrenador nacional. De los cuatro que tiene en la lista, sin contar a Acevedo, no ve en el aquí y en el ahora, un portero que le haga sombra y ante la necesidad de tener buenas actuaciones con la Selección, por el poco apoyo que le dan sus detractores de pantalón largo, solo tiene ojos para Ochoa. Así de fácil. Si le creo a Ymay y el desgarre de camisa que efectúa en su defensa: el será el primero en dar un paso de costado cuando vea que llegó su momento y esto, para todos, algún día tiene que llegar. Nadie lo va a sacar, el solo dará las gracias.
CHIVAS. Demasiada novela han propiciado las dos últimas semanas. Separación de jugadores, manifestaciones del técnico que se va a otro equipo, uno con técnico recién puesto y otro en un equipo qué pasó cuatro años de noche, El Chicago, de la MSL, donde no lo quieren ver ni en pintura. Ante toda esa tormenta le ganan a su rival de ciudad, el Atlas 4-1, y por si fuera poco y al no ver un arreglo económico con los jugadores fiesteros, los perdonan y los reintegran al primer equipo, decisión en la cual, por un puñado de dólares, venden la poca o quizá mucha credibilidad con la institución. Imposible vender a un jugador que tienes castigado con razón, pero esa razón se evapora al cuantificar las pérdidas económicas que se tendrán en un futuro próximo, diciembre de este año y te quieras quitar de encima a estos jugadores. Si su costo era de un peso, con la medida de sacarlos se va a 10 centavos. Nadie está peleado con su dinero, pero nadie se tendría que pelear con su credibilidad y Chivas la vendió en un puñado de billetes. Después, en lo futbolístico, nada pasará, podrán entrar entre los 10 primeros, correrán por toda la cancha, siempre y cuando no esté Gutiérrez en el 11 inicial, pero esto no alcanzará a igualar sus logros del torneo pasado; de superar ni hablamos. La meta que tenían a tres años, seis torneos con el nuevo cuerpo técnico, les llegó muy rápido, en el primero de los seis y después no supieron conservarlo. De repente los burros si tocan la flauta.
PUEBLA. Me dueles Puebla y este sentimiento de alguien que desde que tengo uso de razón los sigo y que puse un pequeño granito de arena para mantenerlo vivo y sano, no concibo el uso unilateral que se le da. Participan con el nombre del mejor estado de la República, PUEBLA, pero los 6 millones que lo habitamos no tenemos nada en común con los tenedores del título de propiedad y si se les otorgan todas las facilidades para que sigan haciendo su negocio en aras de denigrar la historia de la institución. La solución la tiene el gobierno, de la misma manera que defienden los Pueblos Mágicos, el Mole de Caderas o nuestro gran Centro Histórico, tendrían que poner en la mesa al propietario del equipo la siguiente pregunta: ¿Quieres usar el nombre de Puebla para tu beneficio?, ¿quieres jugar en el Cuauhtémoc propiedad del estado? Me parece muy bien, pero tú, ¿qué le vas a dar al estado? Si vas a seguir ordeñando la vaca, la leche la tienes que dejar aquí y no llevártela.
Este torneo y ante un mal comienzo, el señor Carbajal, con dos dedos de frente, puso a cada quien, de lo poco qué hay, en su lugar. El equipo se empezó a mostrar con más coherencia, con pocas virtudes, pero muy firmes y entendibles. El pasado juego contra Chivas, utilizando sus virtudes, el juego aéreo de Martínez que le ganó todas a Briseño, pero la pelota no entró, el tiro de media distancia de De Buen o Ferrareis no dieron en el blanco, las escapadas de Ángulo o Velasco siempre fueron bien libradas ante un equipo pragmático que llegó tres veces y anotó dos.
Nada que reprochar, porque se intentó de la misma forma que cuando obtuvieron victorias; esta vez no resultó. Solo son tres puntos porque lo más importante, el estilo, no se perdió. El problema se tiene arriba, pero la solución tendrá que venir de mucho más arriba. Puebla es de poblanos y si no eres poblano, por lo menos utiliza un disfraz que nada tiene que ver con el antifaz que llevas puesto.