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sábado, noviembre 23, 2024

Las armas que no sirvieron

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Para accionar un arma tienes que tener el convencimiento de que servirá para tu propósito. No puedes usar un rifle convencional y atinarle a un blanco a mil metros de distancia. 

Todos los sistemas o parados en el futbol sirven, siempre y cuando cada individuo de los 11, dentro de ese sistema, tenga una función previamente platicada, entrenada y, por lo tanto, convencida de que será importante su ejecución: así sumada por 11. Después vendrán los cambios que serán más específicos sobre lo que está pasando. Aquí la función se reduce a acciones y movimientos particulares. 

Lo que el Puebla propuso el pasado viernes, sí estaba entrenado en cuanto al parado original, pero nunca acomodado a la función individual, que depende de los movimientos del rival y menos entendido y convencido con estas nuevas funciones. 

Si juegas con tres centrales atrás, situación que en los últimos cuatro juegos lo había hecho, simplemente por el tiempo que lo han hecho, la línea se siente más cómoda, pero si está línea no se adecua al rival, de nada sirve. El Atlas juega con un solo punta que se acomoda sobre la línea de los tres del centro, tres defensas para un atacante, pero cuando ese atacante se sale de la línea, su referencia de marca no lo acompaña, se queda fijo en la línea, sin referencia, solo de frente al ataque y el rival, con sus atacantes de segunda línea, puede moverse hacia adelante sin que nadie le salga al paso. Así fue como Quiñones, llegando de atrás, pudo encontrar esos espacios ante una línea fija y sin función alguna; solo con la recomendación de aguantar la línea. Luego, los dos disparos de Lozano, con error del portero o acierto del tirador, entran en el juego de las circunstancias: si no disparas o no lo intentas, la probabilidad del error es cero. Atlas lo intentó y acertó. 

Con más gente en media cancha y con un Rocha sin marca alguna, porque los jugadores del Puebla solo estaban y no cumplían una función dentro de la cancha; solo estaban, el dominio, la pelota y las oportunidades solo fueron del equipo de Jalisco. 

Aquí se puede hablar que, desde la banca, no hubo el acomodo del equipo ante lo que todos presenciamos, puede ser, pero las famosas armas de que dispone el equipo del Puebla jamás fueron utilizadas. La toma de decisiones dentro de la cancha fue nula. No fue la primera vez que el contrincante establece sus condiciones, pero sí fue la primera vez que el equipo del Puebla no responde ante esos acontecimientos. 

En técnico, al final del juego habla de seis elementos que no estuvieron en su nivel. Yo diría que fueron 11. Entiendo que esos seis son los jugadores estructurales, los que llevan el peso del juego, pero los otros cinco, en ese momento se pudieron convertir en estructurales. Eran la otra mitad del conjunto, quizá de salida sin el peso de llevar o cambiar lo que estaba pasando, pero perdieron la oportunidad de ser protagonistas y se conformaron en ser acompañantes de los actores de principales. 

En este caso, la responsabilidad de no entender el juego es de los jugadores, pero el no entendimiento, el salir a la cancha a solo alinear y no jugar, corresponde al técnico, ya que sus armas entrenadas, nunca fueron usadas por sus soldados. La goleada y pérdida de estilo corresponden al técnico y el no convencimiento de lo que sí tienen (ejemplo de esto se dio contra Chivas), nunca fue usado. 

Quitando a Mazatlán y Pumas, los cinco rivales que tendrá el Puebla, después de este parón poco entendible en lo deportivo por ser fecha FIFA, ya que en todos los torneos se frena el impulso de los equipos en lograr sus objetivos a falta de pocas fechas, teniendo que reanudar en 15 días y poner otra vez tu cabeza en lo planteado hace tres meses, Puebla tendrá dos visitas y tres salidas contra equipos que buscan meterse a un lugar en repechaje, en liguilla o en paso directo entre los primeros cuatro. Todos con posibilidades matemáticas y de juego para lograrlo. Se necesitan no menos de ocho puntos de 15 en disputa, con la combinación de ganados, empatados y perdidos que quieran, pero que sumen ocho o más. 

Lo cierto es que lesionados no hay, se está agregando Kevin Ramírez, pero no será suficiente tener plantel completo. Lo urgente es recuperar las armas, por pequeñas que sean, pero demostrado que cuando se está convencido, son eficaces. 

Hablar del próximo futuro, una vez concluido el torneo, está de más. En los jugadores y cuerpo técnico no recae esa decisión. Lo que sí recae y es en hacer en la cancha es lo que han venido haciendo en los últimos cinco torneos: tener un estilo de juego y una forma de comportarse. Haciendo esto, los resultados regresarán y el único activo tangible que se tiene, la afición, será recompensada. 

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