Calificar de manera directa a la Liguilla no es la única buena noticia para Chivas, que encontró por fin en Armando González al goleador que llevaba varios torneos buscando.
Un sinsentido fue, en su momento, apostar por los regresos de Javier Hernández y Alan Pulido, cuando ambos, por lesiones o bajas de juego, están más cerca del arpa que del piano en sus respectivas carreras.
Si bien la Liga MX está llena de extranjeros, también es cierto que al talento nacional le cuesta consolidarse y aprovechar las oportunidades cuando se presentan. El joven que realmente es bueno termina jugando como Mora (Tijuana) y Montiel (Pachuca).
En el top 10 de la tabla de goleo hay siete foráneos y solo tres mexicanos, contando a Berterame, que es naturalizado. La “Hormiga” hoy compartiría la corona con Paulinho, del Toluca, y Joao Pedro, del San Luis, los tres con 11 goles cada uno.
Chivas lo tiene que cuidar e incluso tenerle paciencia cuando la sequía llegue. Apenas tiene 22 años y puede ser todavía mejor. Que no pase lo mismo que con el “Cubo” Torres o Macías, quienes deslumbraron al inicio y poco a poco se fueron apagando por diversos motivos.
Voy más allá: ojalá Javier Aguirre lo lleve al Mundial como tercer punta, detrás de Raúl y Santiago. Que no cometa el error de Martino en 2022, llevando a Funes Mori en lugar de Giménez.
No importa que no juegue, pero por lo menos que se empape y viva desde fuera lo que es un Mundial. No vale la pena desperdiciar el lugar con Berterame, que para el siguiente ciclo con Rafa Márquez es probable que no vuelva a ser llamado: pensar a futuro en el presente.
Por supuesto que la afición de Chivas debe estar contenta por el buen torneo hasta el momento. Mayor felicidad les debe dar que un canterano como González lo esté haciendo tan bien. Apostar por tus fuerzas básicas fue, es y será el camino para alcanzar el éxito.
Aquel que venga de fuera debe ser mejor que el de casa para ser titular en Guadalajara. Basta de comprar medianías que terminan en negocios ruinosos y frenando la progresión de los que vienen de abajo.
Para el amigo que se va
Esta mañana me enteré del fallecimiento de Carlos Hurtado, personaje polémico dentro del futbol mexicano, pero para el que siempre tendré palabras de agradecimiento. Mi carrera como director técnico no se entendería sin su apoyo y confianza.
Lo conocí en una comida en la Ciudad de México hace casi 20 años. Emilio Maurer no me quería como entrenador del Puebla y le pidió opciones de reemplazo. El señor Hurtado organizó una reunión en la que respondí cada una de sus preguntas.
Después supe que le caí bien y que no veía motivos para mi cese por el buen paso del equipo en aquella época, en la hoy extinta Primera A. A partir de ahí nos hicimos grandes amigos e incluso hablábamos por teléfono todos los días.
Que en paz descanse Carlos Hurtado, y mi más sincero pésame para sus seres queridos.

                                    