Lo conocí en vísperas del mundial del 2010. Era dueño de una estación de radio dedicada a los deportes y le maquilaba programación a Televisa. Su socio era Francisco Javier González. En una reunión en Cuernavaca me contrató para ir al mundial de Sudáfrica, mi primera participación en medios de comunicación. Éramos una filial de Televisa.
Después de trabajar en otras dos cadenas, independiente a los alcances de una o la otra, nunca tuve unos jefes como los de TDN, nombre que tenían en esos tiempos. Aprendí el trato humano que tenía que tener el jefe con sus empleados. Detalles de humildad se daban día a día con toda la delegación. Un ejemplo: a las 8:00 am, tocaba mi puerta del departamento que me asignaron y cualquiera de los dos propietarios-jefes me decía que iba a la lavandería por si se me ofrecía que llevaran mis camisas. De esos detalles estaban forrados estos jefes.
Después del mundial, trabajé algunos meses en sus estudios de México hasta que me llegó una oportunidad de dirigir un equipo. Muchas veces hemos tenido contacto y después de muchos éxitos profesionales, como la venta del canal, los logros que tuvo en Univisión USA, direcciones y encomiendas importantes resueltas a favor de Televisa, el pasado jueves le marqué para felicitarlo por su nombramiento en la FMF. Entiendo que su cargo será el más importante dentro del organigrama. Llegando de la mano del señor Azcárraga, entiendo por conocerlo, será todo menos títere del mentor. Como en todos sus trabajos, su encomienda será resolver los mil problemas que tiene la FMF, siendo el primero, la poca unión que existe entre los dueños, propiciado por los cotos de poder que han adquirido unos y los otros: el grupo Orlegui domina un sector, el grupo Caliente otro, el grupo Pachuca tratando de romper los anteriores para a su vez dominar una parte. Puestos federativos que no trabajan para un objetivo común. El fuerte de La Bomba es conciliar y tomar decisiones, unir para progresar, dar y convencer lo mejor para todos. El que entre será su aliado, el que no, dé alguna forma será puesto a un lado. Su primera misión será nombrar a un presidente y él quedaría como alto comisionado, arriba de cualquier puesto y con un equipo de trabajo elaborado con su gente de confianza, mismos que separan los que lo han acompañado en estos últimos 13 años; todos ajenos y sin historial en la federación.
Una vez que destruya los cotos, por convencimiento general, su trabajo está encaminado a la prosperidad de un ente, totalmente viciado y flagelado por sus componentes. Tiene que tomar decisiones en las que todos estén de acuerdo, como por ejemplo la nominación del técnico nacional, cuyo nombramiento no tiene la aceptación mayoritaria. Su base será la Selección Nacional, pero para esto, todos tienen que estar de acuerdo.
Se viene en el próximo verano, dos torneos importantes para este fin, los dos a jugarse en USA. Lo único que salvaría al señor Coca será que gane los dos; de lo contrario, vendrá una renovación puesta por todos y de esa forma, todos estarán tomados en cuenta y a su vez, comprometidos para lo que venga.
Demasiado rápido el señor Rodríguez se dio cuenta cuál es el problema mayor: falta de unión en una empresa en la que todos tendrían que jalar para el mismo lado.
Todo lo pasado es parte importante del trabajo de oficina que se tiene que hacer. El trabajo de cancha, el factor jugadores, en una buena parte, en esta liguilla, más allá del título de Tigres, demostró que calidad mexicana existe, solo falta que los jugadores se den cuenta que los que no juegan están unidos y no tengan distractores que los lleve a darles la razón a tal o cual grupo. De los fracasos en los últimos ocho años se tiene que aprender, ante los ojos de la afición está muy claro por dónde, ante los ojos de los dueños también está claro, pero al no tener un líder que los junte y les marque el camino en beneficio de todos, se hacen que la virgen les habla, sin poder ver más allá que el hoy, el mediano y largo plazo llegará y lo resolverán de forma visceral a la conveniencia de su pequeño grupo y de su pequeña forma de trabajo en lo oscuro.
Sea bienvenido el Sr. Bomba, deseando que su mecha sea corta: se tendrá que activar su mote lo más pronto posible.