El semestre del futbol mexicano no terminó con el título del Pachuca de hace unos días; todavía falta conocer al campeón de Expansión y al de la Liga MX Femenil, antes de que arranque el Mundial en Catar.
Me centro en la femenil porque se han ganado el reconocimiento torneo a torneo desde hace cinco años que se creó esta competencia que no para de crecer.
Del 2017 a la fecha hay una gran distancia recorrida. Recuerdo que en su primera edición ni Puebla ni Lobos BUAP tuvieron equipo femenil por problemas administrativos.
Se jugaba en canchas de entrenamiento y en varios clubes era visto más como una imposición de la Liga MX que una oportunidad de ser incluyentes con las mujeres.
Hoy, la gran mayoría de futbolistas tienen la oportunidad de jugar en estadios de Primera División, la transmisión de los partidos es variada en canales y arropada por los aficionados, tanto en sus casas como acudiendo al estadio.
En un principio y por razones obvias, se carecía de jugadoras profesionales, hoy además de ello se cuenta con extranjeras (tema controlado con cuatro por club) y algunas incluso seleccionadas nacionales de sus países.
En la ida de las semifinales, América vs Chivas y Tigres vs Monterrey metieron entre el Azteca y Universitario 60 mil aficionados con boleto pagado, confirmando el desarrollo y voto de confianza de la gente en el futbol femenil.
La comparación con la Liga de Expansión es cruel, pero real. A la FMF la femenil le aporta, Expansión estorba. En asistencia aplasta a Expansión e incluso Tigres o Monterrey tienen mejores entradas que Pachuca en la varonil.
Hay equipos como Tigres (4) y Monterrey (2) que desde el principio apostaron fuerte por esta competición y, en seis de nueve ediciones hasta ahora, se quedaron con la copa.
América (1) y Chivas (2) también han dicho presente conquistando las restantes tres ediciones del torneo. No es casualidad que hoy los cuatro estén en semifinales.
La gran beneficiada con todo esto es la Selección Mexicana, que cada vez se nutre más de jugadoras del medio local y menos de las nacidas en Estados Unidos, pero de padre o madre mexicana.
De la convocatoria para la Fecha FIFA de septiembre: 20 juegan en México, dos en Europa y cuatro en Estados Unidos, algo impensado hace más de 10 años.
Al haber un control en el número de foráneas se incrementó el nivel de competencia y la formación de talento nacional no se detuvo, ojalá así se mantenga varios años.
Las argentinas de León, las españolas del América o la nigeriana de Tigres son bienvenidas porque tienen mucha calidad y vinieron a ocupar posiciones puntuales.
No me olvido del fracaso que significó quedarse fuera del Mundial de 2023 y de los Olímpicos en 2024. Jugando en casa y con más boletos disponibles, no ir al menos a una de estas dos competencias fue un duro golpe.
Habrá dueños de equipos de Liga MX que con esto se excusen para no invertir en la femenil, que no se equivoquen porque los resultados están a la vista. Tal vez dando pasitos de bebé, pero avanzando. Roma no se construyó en un día.
En medio de tiempos tan inciertos y sombríos en nuestro futbol, la liga femenil es un rayo de sol en medio de la oscuridad. Mi respeto y admiración para todas ellas, sigan creciendo y dignificando al deporte.