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viernes, noviembre 22, 2024

Al toro por los cuernos

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Mucho se habla, se planea, se cambia, se promete, se enfatiza la grandeza, se garantizan lugares en futuras competencias. Mucho ruido y pocas nueces. 

La semana pasada estuve en un curso basado en desarrollo y seguimiento de PROYECTOS, de cualquier índole, pero impartido por una institución deportiva americana de basquetbol femenino. 

En cada liga profesional premian los logros y en caso de que no los tengas, también te premian, tal es el caso que el último lugar de cualquier deporte, que tiene el derecho de escoger en primer lugar las selecciones del Draft; ese es el premio al peor. A ningún socio de cualquier liga le conviene ser socio de equipos perdedores, porque la liga es el núcleo de su negocio, de su equipo. Así sucede en negocios o en cualquier actividad; incentivar al que las cosas no le resultan con muchos tipos de alicientes. 

Entre estos alicientes, cualquier ente cuenta con asesoría o reglas ya aceptadas, teniendo como prioridad, darle valor al proyecto, distinguiendo cuál es el verdadero problema; no el que te conviene cambiar, si no el que te va lanzar a la verdadera competencia. 

En la FMF dieron a conocer el proyecto hasta 2030, siempre basado en selección, derechos de transmisión, mercadotecnia, respeto a patrocinadores y a la empresa contratante de los eventos de la selección (juegos de preparación). De futbol cancha, poco o nada en su proyecto, cuando todos los agremiados pertenecen a una Liga MX, de ese lugar, casi en ruinas, emanan todos y es su centro de desarrollo: LA LIGA. 

Ese el tema, o mejor dicho, ese tendría que ser el tema del proyecto, cuando cada semana sale alguna noticia negativa: quita de puntos al ganador por no poner el nombre de alguien de la banca, multa por usar la camiseta con un número que no se podía, multa por jugar con cinco tarjetas amarillas, cuando dos de ellas venían de su pasado equipo, un perro que se mete a la cancha y nadie lo puede sacar, estadios que se va la luz a medio juego, partido re programados por rentar en estadio a conciertos y de rebote, canchas en mal estado por la misma razón, equipos sin instalaciones propias, dueños con dos o más equipos, la no existencia de la pirámide de competencia al no haber descenso, cantidad desorbitada de jugadores no nacidos en México, sistema de registros caduco —por viejo e inoperante o porque el humano que tiene acceso no le conviene alimentar los datos y parecería que la máquina se equivoca—, dueños haciendo tres o cuatro grupos dentro de la sociedad y otros, los de Nuevo León, haciendo su competencia a parte, un director de liga que nada tiene que ver en su pasado con el deporte y sí con la burocracia lenta y sin autoridad. 

Todo esto y más se da en la liga, epicentro de nuestro futbol y alejado de que alguien le haga un proyecto que sostenga nuestro alicaído deporte. La selección es reflejo de tu liga y si está no existe, la selección menos. En la busca del remedio inmediato, se olvidan de lo que en un futuro puede darles más a sus bolsillos y a la sociedad. Una liga que se respete, con un valor y que represente a 70 millones de seguidores. 

El proyecto se llama Liga MX, la ganancia será el futbol en general. 

Se ponen los zapatos y después quieren ponerse los calcetines: IMPOSIBLE. 

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