Ahora que la Organización Nacional del Yunque secuestró la campaña de Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, en Puebla más de un militante nos dejó saber que el verdadero reto que enfrenta el PAN rumbo a 2024 no es siquiera Morena y sus candidatos, sino el sectarismo del Comité Directivo Estatal que opera bajo las instrucciones de la cofradía. La preocupación ha llegado a tal grado que la recolección de firmas de apoyo para el proceso interno del Frente Amplio por México fue un rotundo fracaso debido a que la militancia está enojada, resentida y atraviesa por un sentimiento de frustración al percatarse que solo un diminuto grupito de ultraderechistas será el que se agandalle todas las posiciones y espacios. Uno de los inconformes nos dijo que pareciera que el PAN regresó a su vida de los 80, en que el Yunque creía que solitos podían ganar. Salvo los casos de Ricardo Villa Escalera y Gabriel Hinojosa Rivero, la ultraderecha poblana carece de capacidad para ganar en las urnas y si lo llegó a hacer fue hasta que salinismo y el zedillismo abrieron las puertas y apapacharon al albiazul. Nos hicieron notar que fue hasta que Rafael Moreno Valle tomó el control cuando el partido se volvió una marca ganadora gracias a que sumó a la mayoría de los grupos y líderes en la entidad. El Yunque, por el contrario, apuesta por todo lo contrario: excluir a todos para repartirse el pastel ellos solitos. La única coincidencia entre la cofradía y el morenovallismo era el autoritarismo. Una vez definida a la candidata presidencial de la oposición, lo que viene es el acomodo en los estados y es justo ahí donde Puebla es el mejor ejemplo de todo lo que no se debe hacer. La unidad en el PAN actualmente es inexistente y hasta la propia ultraderecha está dividida. Lo que nadie ha entendido es que sin unidad será imposible ser competitivos, porque eso de ganar todavía sigue estando muy lejos.
DECISIÓN AFORTUNADA
El anuncio del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina de que enviará una iniciativa de ley para obligar a los ayuntamientos a atender los casos de crueldad animal es una decisión acertada, ya da justo al corazón del problema: la inacción, indolencia e ignorancia de las autoridades municipales para frenar este problema. La creación de Unidades de Bienestar Animal obligará a que los municipios intervengan ante las denuncias presentadas por los ciudadanos y casos ventilados en redes sociales. Hasta dónde llegará la situación que en la red social X fue ventilada una presunta red de zoofílicos que incurrían en maltrato y crueldad animal. Al tener un marco que regule la competencia de las autoridades, los casos podrán ser atendidos o, en su caso, saber contra qué funcionario o dependencia se debe proceder por su negligencia. Un gobierno progresista es aquel que cuida hasta el mínimo detalle del bienestar del entorno y los animales forman parte de ese cuidado.
