Se trató de un exhaustivo trabajo legislativo que puede traducirse como la mejor forma de echar abajo el patético señalamiento del gobernador de Puebla como el gran legislador del Congreso del estado. El dictamen aprobado por las comisiones unidas de Procuración y Administración de Justicia y de Gobernación y Puntos Constitucionales –la única que se abstuvo fue la panista Mónica Rodríguez Della Vecchia– surgió tras largas jornadas de discusión en las que se discutieron todas las observaciones presentadas por los legisladores, incluidas las tres que presentó de último momento el diputado Iván
Herrera Villagómez (del grupo del diputado federal Ignacio Mier Velazco). Todos aquellos que tenían dudas, objeciones, comentarios, propuestas de cambio al texto original fueron escuchados y entre todos las analizaron, debatieron y consensaron. Eso llevó a que el texto presentado por el gobernador Miguel Barbosa Huerta no sea el mismo que
se someta al pleno de la LXI legislatura local. Así pues, estamos frente a una propuesta legitimada de origen y producto de un trabajo exhaustivo. La mesa la condujeron los legisladores Eduardo Alcántara Montiel y Eduardo Castillo López, pero también destacó la participación del nuevo consejero jurídico estatal, Jonathan Ávalos Meléndez. La intervención de este último dejó una muy buena impresión entre los diputados locales no sólo por el profundo conocimiento de la iniciativa enviada por el Poder Ejecutivo local sino también por mantenerse respetuoso de la esfera legislativa. En más de una
ocasión, el funcionario dejó en claro en las comisiones que una cosa era la observación que realizaría ante las observaciones discutidas, a fin de que no se perdiera la esencia de la iniciativa, y otra que el Poder Legislativo es el único que tiene la facultad de
definir cómo quedaría el texto final. En otras palabras: respeto a la separación de poderes.
BAJEZA ESTILO YUNQUE
Al interior del PAN en Puebla hubo un consenso frente a la reforma al Poder Judicial que presentó el gobernador Miguel Barbosa Huerta: todos aquellos que tuvieran observaciones, propuestas de modificación o quisiera que su postura fuera tomada en cuenta, entonces, debía presentarse a los trabajos de las comisiones unidas de Procuración y Administración de Justicia y de Gobernación y Puntos Constitucionales. En particular, había tres legisladores que se sabía irían en contra: Mónica Rodríguez Della Vecchia, Rafael Micalco Méndez y Nancy Jiménez Morales. La primera acudió puntual a los trabajos y sus observaciones fueron tomadas en cuenta e incorporadas a la iniciativa; mientras que la tercera no tiene mayor complicación: Hará lo que le diga su comadre Mónica. Pero el caso de Micalco es diferente. Pese a tener un acuerdo con su dirigencia estatal simplemente no acudió a las mesas de trabajo. Lo peor es que a sabiendas que se saltó una instrucción, este jueves que se lleve a cabo la discusión de la iniciativa en el pleno del Congreso local subirá a tribuna para criticar agriamente la reforma. No se trata de un acto de coherencia política sino de un mero oportunismo para lucrar con el tema. El panista pretende venderse como un auténtico opositor, cuando en realidad responde a los intereses de una fracción del Yunque que quiere descarrilar a Eduardo Rivera Pérez. Con esta bajeza, Micalco pondrá en aprietos a su amiga Mónica Rodríguez, quien no tendrá de otra que respaldarlo en su intervención en tribuna. Hay que quienes consideran que en realidad esa ha sido la estrategia de siempre de este par. Mientras Rodríguez Della Vecchia simulaba su participación en las mesas de trabajo, en realidad estaba pensando en salirse por la tangente con la oposición que manifieste su aliado. Al final, el movimiento no solo es muy burdo, sino que no tendrá mayor impacto. En las estimaciones sobre la discusión se preveía que la reforma no fuera respaldada por unanimidad, pero habrá apoyo suficiente para que no quede duda su legitimidad en el pleno.
