Operación: Descarrilar a Adán Domínguez

De acuerdo con la Ley Orgánica Municipal, Adán Domínguez Sánchez, gerente municipal del Ayuntamiento de Puebla, será quien asuma la presidencia municipal una vez que Eduardo Rivera Pérez se lance a su misión suicida como candidato a la gubernatura por el Frente Amplio por Puebla –que recientemente acaba de sumar a un partido que apesta a gasolina proveniente del crimen organizado, particularmente del huachicolero conocido como El Toñín–. El arribo de Adán Domínguez, sin embargo, no tiene contentos a muchos al interior de la Comuna quienes se creen con mayores tablas y experiencia para el cargo. Los odiadores del gerente fueron los responsables de filtrar hace unos días que Rivera Pérez estaría considerando la posibilidad de que lo supla otra persona. El objetivo era enviar un mensaje al edil -a quien conocen a la perfección y mucho más su espíritu dubitativo- en diferentes vías: Que no estaban convencidos del relevo; que había personas con más mérito y que estaban dispuestos a desbarrancar al funcionario. En realidad, esta pugna solo es consecuencia de una lucha intestina que existe al interior de la gestión panista desde que inició la actual administración entre los más cercanos al munícipe, todo por el ansia sin límite de acaparar mayores espacios de poder en el Ayuntamiento. Hasta donde se sabe, hay dos grupos que intentan descarrilar al exfuncionario: Los que quiere el arribo del vendedor de cables Carlos Montiel Solana a la presidencia municipal. Detrás del coordinador de regidores se encuentran los perfiles más sectarios y radicales de la derecha enquistada en la Comuna como, por ejemplo, su hermano Pablo Montiel, el operador político de Rivera Pérez, cuyo desempeño ha sido tan deplorable que más de uno se pregunta si es aliado o enemigo del alcalde. O, Enrique Guevara Montiel, director de Normatividad y Regulación Comercial -el administrador de los giros negros, pues–. Por otro lado, está el grupo de quienes apoyan la unción del secretario de Economía y Turismo municipal, Alejandro Cañedo Priesca. El funcionario ha forjado un amasijo interesante en el que lo mismo hay perfiles netamente técnicos como la tesorera municipal, María Isabel García Ramos, o el secretario de Infraestructura, Edgar Vélez Tirado. Pero la mejor alianza es con la poderosa familia Arrubarrena García. De hecho, el secretario de Administración, Bernardo Arrubarrena, se convirtió en el principal enemigo de Adán Domínguez, luego de que éste intentara meter orden en los negocios en lo oscurito que se hacen a costa del erario. A su vez, Guadalupe Arrubarrena ha sido la principal operadora para que los regidores se sumen al proyecto de Cañedo Priesca, lo que significó un duro golpe al liderazgo de Carlos Montiel. Por su parte, Adán Domínguez cuenta con el respaldo de la eminencia negra de la Comuna, el secretario de Gobernación, Jorge Cruz Lepe, quien poco a poco ha metido a su gente en diferentes áreas claves de la administración. ¿A dónde llegará esta guerra encarnizada? Nadie lo sabe.