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jueves, noviembre 21, 2024

Lalo Rivera, la hora de la verdad

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Al presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, el tiempo se le acabó. Nadó de muertito durante 15 meses. Ahora no puede fingir ignorancia. El mensaje lo escuchó con sus propios oídos y no tiene ningún dejo de imprecisión. La política del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina es dar un paso adelante: Los Ayuntamientos, en este caso el de la ciudad más importante del estado, están obligados a hacer frente al combate a la inseguridad y destinar los recursos necesarios para eso, incluso a costa de la obra pública (ese fangoso pretexto de todo gobierno para hacer negocios a diestra y siniestra). En estos más de 450 días de gobierno de Eduardo Rivera, los ciudadanos hemos visto cómo otras instancia y poderes han tenido que hacer el trabajo que le corresponde, lo que exhibió la poca capacidad del panista para gobernar, algo realmente sorprende porque esta es la segunda ocasión que está al frente del Ayuntamiento de Puebla. ¿En todo este tiempo qué ha hecho la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) municipal? Al igual que el gobierno que le antecedió, encabezado por Claudia Rivera Vivanco, inflar sus estadísticas de detenciones con borrachitos y peleoneros en la vía pública. El gerente del año del Yunque fue bien definido por el exgobernador Miguel Barbosa Huerta: Hace como que no entiende, pero bien que entiende. En otras palabras: La simulación como praxis política. Las principales capturas y desmembramiento del crimen organizado en la capital corrieron a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública estatal y la Fiscalía General del Estado. La detención de auténticos hampones disfrazados de líderes ambulantes -un tema de exclusiva competencia de la Comuna- fueron golpes de esas instancias, mientras el gobierno de Eduardo Rivera hacía lo único que sabe hacer: implementar políticas recaudatorias con la manida queja de que no tiene dinero para hacer obras. No es exagerado afirmar que en estos 15 meses Eduardo Rivera se escondió en las enaguas del gobierno del estado en el combate a la inseguridad. Miguel Barbosa lo sabía muy bien: No hacer nada implicaría cargar el costo de la ineficiencia del panista, por eso se metió de lleno para limpiar la ciudad. A tal grado llegó la desconfianza hacia la SSC municipal que evitaban proporcionar información ante el riesgo de que pusieran en alerta a los objetivos criminales. Semanas antes de su fallecimiento, en el escritorio del exgobernador yacía un abultado expediente de todos los comandantes y uniformados del gobierno del Eduardo Rivera vinculados con la delincuencia. La información fue manejada con tal sigilo porque se pretendía dar un golpe eficaz para limpiar a la corporación. Este viernes pasado, el edil capitalino escuchó la orden directa del gobierno del estado: Los municipios son los primeros responsables de atender el problema de la inseguridad. La administración estatal los acompañará en capacitación y equipamiento, pero de una vez debe quedarles claro que no habrá más complacencia. ¿Entenderá Rivera Pérez el mensaje? Tristemente creemos que no. Es un político tan acomodaticio que ya buscará el pretexto para evadir su responsabilidad. ¡Y así quiere ser gobernador!

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