Tanto la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Margarita Gayosso, como el presidente del Consejo de la Judicatura, Carlos Palafox Galeana, tuvieron la oportunidad de poner fin a sus diferencias y caminar conjuntamente. Por el contrario, apostaron por ahondar la pugna, afilar todos los días los cuchillos fileteros y cometer todo tipo de torpezas con la finalidad de hacer rabiar a su adversario. Mala estrategia para dos abogados que olvidaron una frase célebre entre el mundo de la abogacía: “Más vale un mal acuerdo que un buen pleito”. Y sí que hubo pleito, con piquetes de ojos, hurracarranas y puntapiés prohibidos. Ambos fueron llamados a la mesura, se les pidió bajar la guardia, los ataques y dar paso a la prudencia. Ninguno hizo caso. Margarita Gayosso acusaba al primero de creerse el rey del Poder Judicial y Carlos Palafox acusaba exactamente a la magistrada de lo mismo. Que haya grillas palaciegas en una institución no algo extraño, pero que esa pelea provoque una parálisis en áreas claves a costa del ciudadano, simplemente es imperdonable. Así pues, el manotazo se dio desde el Centro Integral de Servicios e inició el proceso de acomodo acorde a los tiempos que vive Puebla: en paz, con dialogo, gobernabilidad y acuerdos que beneficien a todos, principalmente a los ciudadanos. Por lo mientras, la magistrada de la Primera Sala Civil, Araceli Cabido Vaillard, ocupará temporalmente la presidencia del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial, ya que José Eduardo Hernández Sánchez, magistrado de la Tercera Sala Colegiada del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Puebla, será quien tomará las riendas definitivas. Ha sido funcionario de la Contraloría estatal. En el caso de la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, ayer fue designada Belinda Aguilar Díaz, quien fungía como magistrada en la Segunda Sala Penal, asume la presidencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ).
SERGIO SALOMÓN VS EL MALTRATO ANIMAL
El gobernador poblano se convirtió en uno de las muy pocas autoridades que realmente han tomado con seriedad las denuncias por maltrato y crueldad animal. “Quiero comenzar este día expresando mi condena a los hechos de maltrato animal de los que hemos sido testigos en los últimos días. El más reciente del que se tiene registro, ocurrido en Huejotzingo, exhibe una brutalidad que indigna a todas y todos quienes vemos en nuestras mascotas lo que son: seres vivos, compañeros de vida, integrantes de nuestras familias”, fueron algunas de las palabras que expresó en su red social X. Ante este problema instruyó a la secretaria de Medio Ambiente estatal, Beatriz Manrique, a no sólo difundir las condiciones en que se encuentra la entidad sino a que se reúna con las asociaciones ciudadanas animalista e ”insista de manera puntual y por escrito a las presidentas y presidentes municipales para que, en el marco de sus atribuciones, actúen decididamente”. Esto último debe entenderse claramente: Los ayuntamientos no pueden cerrar los ojos y están obligados a tomar cartas en el asunto. La administración estatal no puede suplir su chamba y es con ellos donde recaen las atribuciones legales para actuar. “Ningún gobierno en el país tiene capacidad logística y operativa para vigilar a los inadaptados que cometen este tipo de violencia en contra de seres vivos. Pero como sociedad, todos unidos, municipios, gobierno estatal y sociedad, sí podemos mitigar este fenómeno que tanto duele y afecta a nuestra comunidad”, remató el mandatario estatal.