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jueves, noviembre 21, 2024

Inician los sombrerazos

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El senador Alejandro Armenta Mier fue el primero en aprovechar la debacle de Moisés Ignacio Mier Velazco, coordinador de Morena en la Cámara baja, tras su fracaso en la aprobación de la Reforma Eléctrica, con evidente injerencia en la carrera a la candidatura a gobernador de Puebla. “En el Senado esperábamos la Reforma Eléctrica para hacer el mejor de los esfuerzos en materia de conciliación. La política es el arte de la conciliación, donde no hay política hay guerra”, fueron las palabras utilizadas por el senador para fijar su postura al no alcanzarse la mayoría calificada que diera pie a la modificación constitucional. Más allá de intentar justificar a Armenta por su oportunismo, sus palabras no están alejadas de la realidad. El priista disfrazado de morenista, Ignacio Mier, y el priista Enrique Doger Guerrero, aliados políticos y cómplices, comparten la misma estrategia para hacer frente a sus adversarios: la confrontación. El “líder” Morena en San Lázaro jugó muy mal sus cartas al pensar que ahondando las diferencias al interior del PRI sería suficiente para jalarlos al redil. La idea no es mala, pero para eso se necesita oficio político, mucha negociación y una carnada lo suficientemente jugosa para atraer a la víctima. En su arrogancia, Nacho Mier pensó que por ser él, los tricolores se sumarían. Ya vimos que solo hizo el ridículo. Ahora está a expensas del golpeteo político y, por el momento, ha quedado descartado de la candidatura por Morena. ¿Hará berrinche y traicionará al presidente Andrés Manuel López Obrador? No lo sabemos, pero lo que sí es risa loca es que apenas se supo la desgracia del poblano, sus corifeos intentaron sembrar la idea de que el canciller Marcelo Ebrard Casabuón es la mejor opción que Morena puede tener a la presidencia de la República. ¡¿Pues qué no vieron la tunda que les dieron?!¡Háganos usted el favor! 

 

Los no tan extraños 7 mdp 

Con la novedad de que uno de los príncipes de la ultraderecha poblana, Herberto Rodríguez Regordosa, tiene una forma muy peculiar de entender la ideología y los negocios. En sus redes sociales y quienes lo conocen saben que el vicepresidente (pero presidente en los hechos) del Consejo Coordinador Empresarial es un profundo enemigo de la Cuarta Transformación, de Andrés Manuel López Obrador y Morena. Es más, él junto con su familia son los principales impulsores del movimiento conservador de Frena. Y hasta ahí todo bien, al final tiene derecho de creer y apoyar a quien quiera. El problema es cuando se atraviesan los negocios a costa del erario. Ahí no existe ideología ni colores. No importa si son morenistas, que encabecen el peor gobierno municipal del que se tenga memoria o que incurran en actitudes que solo han perjudicado a la ciudadanía. La crítica no existe si hay cliente de por medio. Por eso no es nada extraño que ahora nos enteremos -gracias una nota del portal MTP Noticias-, que el funcionario de la confesional UPAEP haya recibido 7 millones de pesos por la venta de servicios en el cobro de multas digitales. El contrato lo obtuvo, a través de la empresa Cargo Móvil en la que es socio. El servicio fue para el gobierno encabezado por Claudia Rivera Vivanco. ¡Ave María Purísima! 

 

Una propuesta inviable 

La propuesta de que el sistema de salud en Puebla se integrado al sistema IMSS-Bienestar no sólo es una pésima idea, sino que representaría un costo enorme para la entidad. En los hechos significaría que el gobierno del estado pusiera en manos de la Federación uno de las mejores y exitosas apuestas que probaron su eficacia durante la pandemia. Miguel Barbosa Huerta arribó al poder y se encontró con un sistema de salud en coma: los hospitales y clínicas eran cascarones sin camas, personal, equipamiento, suministros y medicamentos. Algunos fueron construidos, reconstruidos y reacondicionados como un esquema de corrupción para robar dinero. A contracorriente, con recursos estatales y tener la peor tragedia sanitaria en un siglo, la gestión barbosista tomó el problema sin titubeos y recompuso las condiciones. El sistema de salud estatal es uno de los mejores evaluados en el país en funcionalidad, capacidad instalada y atención. Es obvio que, ante la demanda social, la escasez de recursos y un panorama económico oscuro haya algunos puntos a mejorar, pero eso no quita la valía e importancia a las medidas tomadas por la actual administración. Es por eso que la propuesta de que el IMSS-Bienestar absorba nuestro sistema debe ser muy bien analizada, pues estaríamos entregando la joya de la corona.  

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