Pese a que nuevos aires soplan en el Poder Judicial, el juez Primero Especializado en Materia Civil y en Extinción de Dominio, Helmo Mayoral Bello, sigue empecinado en reproducir los viejos vicios que provocaron la putrefacción de la justicia en Puebla. Es más, el juez litigante ya mandó a decirle a todos en esa institución que su lealtad y servicios están al servicio del exgobernador que aprieta botones, mejor conocido como Tony Gali. Es por eso que emitió un nuevo fallo para favorecer, por segunda ocasión, a los hijos del micro gobernador, quienes tienen un pleito jurídico contra el empresario José Layón Aarun, propietario Fórmula Angelópolis. Resulta que Helmo Mayoral viene de ser exhibido de fea manera por el Juzgado Octavo de Distrito en su evidente inclinación por favorecer a los Juniors Gali. A través de un amparo otorgado al empresario, la justicia federal determinó que nuestro personaje realizó una interpretación “parcial, incompleta y descontextualizada, por ende, errónea”, del contrato de arrendamiento celebrado entre Layón y los hijos del papá que aprieta botones y que sirvió como base para que el empresario comenzara la edificación de una plaza comercial que genera mil empleos directos y cinco mil indirectos. El juzgado federal, además, concluyó que Helmo había suplido las deficiencias en la defensa de los jóvenes Gali pese a estar imposibilitado legalmente. Por escrito, le dijeron que era obligación de los hijos del micro gobernador justificar todos los movimientos jurídicos para demostrar que tienen razón y se voló la barda al interpretar parcialmente el contrato para darles la razón. No conforme con ser exhibido, el pasado 10 de agosto el exgobernador bailarín y cantante volvió a apretar uno de sus tantos botones y ordenó al juez litigante dictar una nueva medida, sin importar que violara el amparo de José Layón y que esté basado, una vez más, en una interpretación incorrecta del documento signado. Esta nueva medida viola el precepto de “cosa juzgada” en el pleito jurídico. Para rematar el abuso, el juez realizó una notificación de “escritorio”; es decir, ordenó que se diera parte de esta triquiñuela a una persona distinta al representante legal de José Layón, a fin de que los juniors tengan ventajas indebidas. Así se las gasta el hombre con nombre de personaje de Plaza Sésamo. ¿A poco los botones del micro gobernador llegan a la justicia federal, en donde seguramente echaran abajo esta medida pedestre?
MÓNICA SILVA Y LA LENGUA LARGA
Quien no ha dejado de hablar y echar pestes en cuanta mesa se sienta o cuanta reunión acude es la diputada local del Partido del Trabajo Mónica Silva Ruiz, quien se aventó la puntada de acusar al gobernador Miguel Barbosa Huerta de ingratitud por haber generado las condiciones para que su esposo, Héctor Sánchez Sánchez, dejara de ser el presidente del Tribunal Superior de Justicia. En su enojo, la hasta ahora presidenta de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales del Congreso del Estado se ha referido al trato personal que la pareja mantuvo por un tiempo con el mandatario estatal como una muestra de esa traición e ingratitud. Lo que Silva Ruiz no ha caído en cuenta es que desde esa posición lenguaraz no ayuda en nada a su pareja, quien tiene mucho qué aclarar y explicar en el manejo de los recursos del Poder Judicial. Todavía ni siquiera han iniciado las auditorías y el magistrado ya tiene un abultado expediente por resolver. Así pues, la sugerencia para la mujer que sirvió de imagen para el chatbot creado por su marido como una herramienta del TSJ es que no se crea que tiene las bondades de comunicación e impacto de un chatbot y mejor cierre el piquito.