Muchas interpretaciones ha tenido el comunicado que difundió la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público respecto en el que hace un extrañamiento a la Fiscalía General del Estado por supuestamente filtrar la investigación que se sigue contra el diputado federal Moisés Ignacio Mier Velazco y su socio José Arturo Rueda Sánchez de la Vega, preso por los delitos de extorsión y uso de recursos de procedencia ilícita. De entrada, llama la atención que el posicionamiento ocurra después de 13 días de que se publicara el reportaje de los periodistas Víctor Hugo Arteaga y Néstor Ojeda, y en lugar de anunciar que la IUF se desistirá de la denuncia solo apercibe a la fiscalía poblana a no dar un mal uso de la información. El comunicado, por cierto, resulta grave porque dicho organismo no tiene facultades para emitir un extrañamiento, de acuerdo con fiscalistas y abogados consultados, y tampoco ofrece pruebas que confirmen su dicho. Es más, el documento que tantos dolores de cabeza ha causado al coordinador de Morena en San Lázaro también yace en las oficinas de la Fiscalía General de la República, por lo que, sin haber pruebas de por medio, también debería extenderse el apercibimiento a esa institución. Un dato que no debe perderse de vista es que aunque la IUF se desistiera, la FGE no puede cerrar su investigación ya que el delito de lavado de dinero se persigue de oficio. Así pues, por esa vía, Ignacio Mier sigue atado a la carpeta de investigación vigente. Así pues, aunque no hubo pruebas de por medio para señalar a la fiscalía poblana de filtradora, Mier Velazco aprovechó para tirarse al piso y victimizarse por una supuesta colusión en su contra para perjudicarlo. Pero, el legislador no logró convencer a nadie gracias a su socio Arturo Rueda. Resulta que el 8 de noviembre de 2021, cuando el presidente de la República anunció que Pablo Gómez Álvarez sería el nuevo titular de la IUF, el director de Diario Cambio, publicó dos tuits que –ahora sabemos con claridad- revelaban la preocupación que tanto Rueda como su socio cargaban a cuestas por la investigación que inicio el titular de la IUF saliente Santiago Nieto Castillo. La llegada del histórico dirigente de izquierda al organismo de la SHCP provocó en el hoy detenido una expresión de congratulación resumida en la frase: “Ufff qué paz!”. Pero lo interesante se encuentra en la mención que hace de la extraordinaria relación entre Mier y Gómez. El segundo, dijo Rueda, “se lleva de piquete de ombligo con el coordinador de Morena en San Lázaro” y afirmó que “los grandes amigos” se volverían a encontrar a raíz de la ratificación que la Cámara de Diputados realizaría de la designación. Los dos tuits, a la luz de los nuevos hechos, terminaron por hundir el respaldo a Ignacio Mier y hasta el comunicado podría entenderse como una confabulación de Gómez con Mier para salvarle el pellejo a su amigo. En otras palabras: Nacho Mier ha metido en un problema a su amigo con el que se lleva de piquete de ombligo, al menos en terreno de la percepción. ¡Qué necesidad! Y, al final, se comprueba que Arturo Rueda sigue siendo el peor enemigo de Ignacio Mier en esta difícil etapa de su carrera política que lo tiene totalmente marginado de la sucesión en Casa Aguayo.
Nancy y los violentadores
La senadora Nancy de la Sierra Arámburu fue otra que utilizó el cobarde asesinato de la abogada Cecilia Monzón Pérez para sacar raja política. La legisladora independiente subió a tribuna para presentar un punto de acuerdo a fin de que la Fiscalía General de la República asuma la investigación por el feminicidio y la Fiscalía General del Estado ofrezca protección a los familiares de la víctima. A pesar del evidente lucro político, hay un gran detalle que resulta de pésimo humor negro: El exesposo de la senadora, el prófugo José Juan Espinosa Torres fue denunciado por Monzón Pérez por violencia política de género. Cómo olvidar que el exdiputado local del PT intentó volverse una especie de cacique en San Pedro Cholula y tras la victoria de Luis Alberto Arriaga Lila pretendía seguir al frente del Ayuntamiento (a tal grado llegó su obsesión que en dos ocasiones, el exmunícipe invadió la oficina de Arriaga, en una clara violación legal) con el apoyo de su hermana y un grupo de regidoras, quienes fueron señaladas por la activista de hacerle la vida imposible y propiciar su salida de la Secretaría de Bienestar municipal.