Una vez más, Olivia Salomón dio muestra de que está forjada en un tipo de fuego muy diferente a la clase política tradicional. A pesar de tener una muy corta carrera en el mundo de la administración pública y no haber tenido ningún cargo de elección popular, la poblana fue incorporada al centro neurálgico de la toma de decisiones de quien será la próxima presidenta de México.
Su designación como coordinadora de Enlace Empresarial en la campaña de Claudia Sheinbaum Pardo debe verse en su justa dimensión. Irá en busca de, quizás, el sector con más recelo a la Cuarta Transformación y el hueso más duro de roer.
Andrés Manuel López Obrador necesitó de todo el background de Alfonso Romo Garza para penetrar en el complejo mundo empresarial, en donde habitaban los principales opositores del tabasqueño, algunos de los responsables de orquestar la campaña de desprestigio en 2006.
Reza el dicho: Para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo, y Claudia Sheinbaum sabe que Olivia Salomón tiene la misma madera de ese sector importantísimo. No se trata solo de pertenecer al gremio, es requisito indispensable contar con las cualidades de la exsecretaria de Economía estatal: capacidad de diálogo, expertise, sensibilidad y una vasta red de alianzas y relaciones que ha tejido a lo largo de su carrera.
Su capacidad, liderazgo y brillantez están a la vista. No por nada, en cinco años Oliva gestionó una inversión directa para la entidad que ascendió a 6 mil 605 millones de dólares, de los cuales 3 mil 409 millones fueron solo de 2023.
Estos datos también advierten que, pese a que Olivia Salomón estaba metida de lleno en la puja por la gubernatura, nunca descuido su trabajo. Es más, lo duplicó.
Así pues, su nombramiento no es menor y viene aderezado con un plus: Fue incorporada al equipo integrado por políticos de larga trayectoria y que por sus manos se construye el destino del país.
Enhorabuena, querida Olivia.
LA APUESTA DE LA AMIGA RURAL
Ana Laura Altamirano Pérez es uno de esos raros casos que uno se encuentra en la administración pública. Su vida es el campo y campesinos. Ahí centro su razón de vida.
La secretaria de Desarrollo Rural estatal convirtió a la dependencia en un centro destinado a cambiar radicalmente el sistema agrario, desde la mentalidad de los agricultores y productores hasta las prácticas de gobierno.
En una dependencia acostumbrada a la transa y condicionamiento de apoyos a cambio de votos, Ana Laura tuvo que desmontar ese viejo sistema corrupto. Las organizaciones que tradicionalmente vivían de coyotear a sus agremiados se toparon con pared y quisieron chantajear o presionar. A todos los líderes inconformes los sentó en una mesa, les explicó la nueva política de cero intermediarios y les recordó que había un voluminoso archivo de expedientes de cada uno de ellos sobre los desvíos y transas que otros gobiernos les habían solapado.
Como era de esperarse, los “líderes campesinos” enmudecieron y se fueron a hacer berrinche a sus comunidades, en donde observaban con los ojos hinchados de coraje, cómo los apoyos llegaban directo a la gente, sin dinero de por medio o compromiso electoral.
Hoy, la Amiga Rural, como le dicen cariñosamente, dejará la dependencia para irse a su primera batalla electoral en toda su trayectoria en la administración pública.
Dos cosas son una certeza: Que arrasará en las urnas y que el respaldo que tiene surgió del servicio público honesto.