En el proceso interno de Morena, cuya definición para la coordinación estatal de Defensa de la Transformación se postergó hasta el 10 de noviembre, el gobernador Sergio Salomón se ha erigido como el garante del piso parejo entre los aspirantes, ellas y ellos, y ahora también es, con liderazgo y solvencia morales, el arquitecto de la unidad que se busca que prevalezca en el movimiento lopezobradorista poblano, tras los resultados.
De manera pública y privada, el mandatario ha venido tejiendo con todos y todas, y con paciencia, mesura y prudencia, la cohesión que se requiere.
Después de que se conozcan los resultados, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) deberá mantener la solidez interna que requiere una elección en la que los opositores, especialmente en Puebla, están dispuestos a dar una batalla feroz y sin concesiones.
A nadie en el estado ni a nivel nacional le sirve un partido fracturado y, para ello, es indispensable la nada fácil unidad.
Claudia Sheinbaum ha planteado la meta de conseguir 2 millones de simpatías en el estado en 2024.
De ahí que Sergio Salomón, con el respaldo que reiteradamente le han prodigado el presidente Andrés Manuel López Obrador y la exjefa de Gobierno, tiene la fuerza, además de las cualidades personales, para esa tarea.
Hace dos semanas convocó a una cena a todos los aspirantes a la Coordinación Estatal de la 4T y se mostró con la mano extendida, además de que se erigió como el eje articulador del movimiento en Puebla.
Este sábado, en un desayuno que fue bautizado como “La Reunión por Puebla”, Sergio Salomón refrendó su papel de líder político y autoridad moral del morenismo en la entidad.
Llamó a la civilidad y a ponderar el interés de Puebla a los convidados: legisladores, presidentes municipales, integrantes de la sociedad civil, dirigentes partidistas, actores políticos e integrantes de su gabinete.
Subrayó la gobernabilidad y respeto de las que goza el estado de Puebla, con su administración.
No hubo vetados y la pluralidad fue el sello del encuentro en el Centro Mexicano Libanés.
Con énfasis pidió esperar los tiempos políticos.
La unidad, hoy más que nunca, es una ruta compleja. Sergio Salomón ha tomado esa construcción en manos propias.
Morena y la sinuosa ruta de las definiciones
Las cifras no cuadraron para justificar las imposiciones que se pretendían hacer y por ello se ha debido postergar el anuncio de los resultados de las encuestas para la selección de los nueve candidatos y candidatas a las gubernaturas para 2024. Esa es la primera versión, llena de verosimilitud, que tiene la fuente política de la Ciudad de México.
La gravedad de la emergencia por el paso del huracán Otis en Guerrero, especialmente en Acapulco y su zona conurbada, demandaban la prudencia y, por ello, fue la cancelación del anuncio que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) morenista haría al respecto este lunes. Es la justificación que, fuera de grabación, ofrece la cúpula morenista, lo que tiene, sin duda, una contundente carga de realidad.
Pero veamos la primera: efectivamente, las definiciones se habían tomado, pero en algunos casos, hubo que ir a la negociación en una mesa política, para sacar adelante la intención de imponer un abanderado o abanderada impopulares y sin cifras suficientes.
En algunas entidades ir con candidatos o candidatas sin arrastre, sin bases y solamente como rostros de un grupo plutocrático, pone en riesgo el triunfo en 2024.
En otros casos, el género no recayó, como se esperaba, en el puntero o puntera natural, y habrá que hacer ajustes.
El tema es que la sustitución de género en una entidad tiene efecto dominó en todas. Veracruz y Ciudad de México son un verdadero brete para Morena.
Habrá miles de hipótesis. Escuchará usted en estos días cientos de rumores. La realidad es que, hasta este domingo, nadie tiene certeza de nada.
Un elemento ahora no puede quedar fuera del análisis: Otis ha dejado un pésimo humor social en todo el país. Eso puede repercutir en 2024.
Si ese elemento se incluye en la decisión de Morena, sin duda deberá ir con los mejores.
No es tiempo de experimentos o de imponer al rival más débil.
