Una reunión de trabajo con el Presidente de la República —solían advertir los reporteros más experimentados— tiene asuntos de extraordinaria importancia e ingredientes, tanto administrativos como políticos, de altísimo nivel; a veces son más los segundos que los primeros.
La contundencia de los acuerdos que un gobernador toma con el Primer Mandatario del país, tiene trazada una ruta de definiciones trascendentes.
Así debió ser este lunes el encuentro de Andrés Manuel López Obrador y Sergio Salomón Céspedes Peregrina, en Palacio Nacional.
Es la segunda ocasión que el poblano está como gobernador en la sede del poder de México. La primera fue apenas unos días después de su elección en el Congreso del Estado, con otros mandatarios, para abordar el tema de los Bancos de Bienestar. Ocurrió el 19 de diciembre del año pasado.
Lo más interesante de la reunión de este lunes, seguramente no lo sabremos a ciencia cierta, pero lo debemos suponer.
También es la cuarta ocasión que, como mandatario poblano, Sergio dialoga directa y públicamente con López Obrador. Y una vez más, se dejó ver la química política que han exhibido en otras ocasiones.
Además del 19 de diciembre de 2022, en su primer encuentro como gobernador, Sergio ha tenido oportunidad de encontrarse públicamente con el Presidente el 28 de enero, en la visita de López Obrador a Puebla; luego en la concentración por la conmemoración de la Expropiación Petrolera, el 18 de marzo, y este lunes, en Palacio Nacional, nuevamente.
El encuentro privado y directo ocurre luego de muchas evidencias de que la conducción de Céspedes, en lo político y lo administrativo, tiene rumbo certero.
Apenas este fin de semana, en dos días, el gobernador poblano tuvo actividades con dos de los presidenciables, los más adelantados: con la puntera Claudia Sheinbaum Pardo, el poblano Céspedes participó el viernes en quinta sesión del foro “La Ciudad y la Transformación”. También asistió la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama.
El sábado, como anfitrión, recibió a Marcelo Luis Ebrard Casaubon en Casa Puebla y luego, con el canciller, inauguró la oficina de pasaportes de Tepeaca, la que Sergio Salomón gestionó como alcalde.
Además de esos actos con énfasis político, no hay un funcionario del Gobierno Federal con el que el gobernador no llegue a acuerdos, ya sea que vengan a Puebla o que él vaya como gestor a la Ciudad de México.
La lista es larga, pero solamente como ejemplo está el trabajo directo para la construcción de los nosocomios que sustituirán a San Alejandro, que ha tenido intensa actividad con vistas del director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo.
O Puebla, como sede de la firma de un convenio de Seguridad, al que asistieron 11 gobernadores y gobernadoras, el 1 de marzo.
Puebla, como territorio neutral, santuario político en la sucesión, además de tener un gobierno que se ha sumado a todos los llamados de la administración federal, ha destacado en la agenda lopezobradorista.
“Me reuní con el gobernador Sergio Salomón Céspedes. Mantenemos una buena relación y acordamos seguir trabajando juntos en beneficio de la gente honesta y trabajadora de Puebla”, escribió López Obrador en su cuenta de Twitter.
“Hoy sostuve una reunión de trabajo con el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Me siento muy honrado de poder servirle a mi querido estado, trabajando de la mano de uno de los líderes sociales más importantes de la historia moderna de nuestro país.
“Le agradezco mucho, señor Presidente, por sus atenciones. Sobre todo, por el enorme cariño que tiene por Puebla y su clara disposición de sacar adelante la agenda de nuestra entidad.
“Es un honor compartir este tiempo y este espacio con usted. A nombre de las poblanas y poblanos: MUCHAS GRACIAS”, escribió el mandatario poblano Sergio Salomón Céspedes Peregrina en sus redes sociales.
El estado y sus intereses están también en la agenda de Palacio Nacional.