El cuarto bateador es en el beisbol el esencial, el más importante y, por tanto, debe ser el de mejores cualidades. Se enlista así en los turnos, porque está en la posibilidad de generar la mayor cantidad de carreras (anotaciones), si uno o los tres anteriores logran colocarse en base. El “cuarto bat” en el llamado “rey de los deportes” es el equivalente al “número 10” en el futbol. Es el crack.
El gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, mereció esa descripción por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, que adora ese deporte.
No solamente se trata de una lisonja, sino que tiene reflejo en las circunstancias propias de Puebla, del lugar del estado en el concierto nacional, del horizonte en la ruta a las elecciones de 2024 y del papel que el gobernador poblano tiene en todo ello.
Sergio Salomón publicó en sus redes una anécdota que tuvo con el presidente, con un énfasis de cercanía personal, fuera de todos los protocolos, luego de su visita a Huauchinango, el domingo pasado.
En la coincidencia del aprecio por el deporte que se juega en un campo parecido a un diamante, el poblano le pidió una firma en una pelota que, dijo, usó para “macanear” (practicar).
“Para el cuarto bat Sergio Salomón, mi amigo. Andrés”, escribió el mandatario de puño y letra para Céspedes.
Ese detalle de aprecio muy personal y con especial calidez, tiene muchos ángulos para la reflexión.
Las circunstancias de Puebla fueron muy complicadas tras la muerte del gobernador Miguel Barbosa.
Apenas a unos días de su elección en el Congreso del Estado como mandatario, Sergio Salomón comenzó una intensa operación, que además debió ser rápida y precisa, de afianzamiento de la relación de su gobierno con la administración federal.
No solamente con el presidente, porque también debió cabildear y generar acercamientos, en tiempo récord, con buena parte del gabinete legal y ampliado del Gobierno de México.
Palacio Nacional le abrió sus puertas, por su labor, oficio y operación personal y no por la intermediación de falsas expectativas que pudieron haberse ofrecido en ese camino.
Hay ahora una relación personal entre Andrés Manuel y Sergio Salomón.
Hay una relación, por supuesto, institucional, entre López Obrador y Céspedes Peregrina.
Hay una afianzada y fluida colaboración entre el gobierno de Puebla y el federal.
En Puebla hay gobernabilidad y estabilidad y eso lo reconoce el Presidente de la República en sus visitas y lo ha hecho también desde las conferencias matutinas de Palacio Nacional.
Sobre 2024, también ha habido equilibrio en Puebla con la actual administración.
Los presidenciables han reconocido el piso parejo que en el estado ha construido y procurado el gobernador Céspedes. Lo han hecho, en distintos momentos, Marcelo Luis Ebrard Casaubon, Claudia Sheinbaum Pardo, Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal Ávila.
El mandatario poblano ha extendido la mano y ha recibido a quienes aspiran a la candidatura del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) a la gubernatura, sin mirar dimensiones, posibilidades o presente y pasados.
Se vienen tiempos de efervescencia electoral para Puebla, como en todo el país.
Primero, con la contienda interna presidencial morenista, habrá días de mucha intensidad y pasión política en tierras poblanas.
Luego, será más estridente con el proceso de selección del candidato o candidata a la gubernatura.
El juego está caliente, como dirán los beisboleros.
Las bases están llenas.
Es la entrada más importante.
El presidente necesita llamar a su cuarto bat.