La doctora María Lilia Cedillo Ramírez ha cumplido las metas, con un especial sentido de valores e ideología, que se fijó, hace 730 días, cuando se convirtió en la primer mujer encabezar la rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Su gestión es cercana a todos los universitarios: estudiantes, académicos y trabajadores. Hace comunidad y devuelve el cariño y oportunidades que la institución le ha dado.
Al rendir protesta, el 4 de octubre de 2021, ofreció también la doctora en Microbiología dar un trato digno a todos los universitarios. Su carácter de amabilidad plena, de atención y diálogo son garantía de que eso ha ocurrido durante todo este tiempo. Siempre ha sido muy querida y muy accesible y eso no se ha movido un milímetro en su trato, desde que llegó a tomar las riendas de la Máxima Casa de Estudios del estado.
Un punto muy importante de estos dos años, y del que estará dando cuenta este miércoles en su Segundo Informe, es el éxito que ha tenido para encabezar una administración austera y eficiente.
También, y casi como inédita en la BUAP, esta sí ha sido, como la misma Lilia Cedillo ofreció, una administración transparente, abierta al escrutinio público, que dé cuenta del manejo de los recursos en el marco de la autonomía universitaria. Eso dijo hace dos años y eso ha ocurrido con puntualidad.
Un hecho también muy destacable de la administración de Cedillo Ramírez ha sido la desintoxicación política de la universidad y sus autoridades.
El espacio universal y plural de pensamiento que debe ser la universidad estuvo siempre contaminado por los intereses personales de quienes la vieron como un trampolín para luego ocupar cargos públicos.
María Lilia Cedillo Ramírez está entregada a su labor como rectora y concentrada en su administración.
Los coqueteos políticos no la distraen y ha dado muchas muestras de que el espejismo de la ruta hacia las urnas no le interesa.
El martes, junto con el gobernador Sergio Salomón, la doctora Cedillo puso la primera piedra de lo que será Ciudad Universitaria 2.
La dimensión de este gran proyecto que le ha tocado encabezar a ella es de dimensiones históricas y sociales inconmensurables. Por generaciones el impacto en la vida de poblanos y poblanas de esta obra será muy positivo.
Se trata de esas acciones que verdaderamente cambian los destinos de las personas, la vida de jóvenes hombres y mujeres que hoy están cerca de involucrarse en la educación superior y alcanzará algunos que apenas están terminando la instrucción primaria y llegará generalmente a quienes ni siquiera han nacido.
Es histórico.
Este miércoles, cuando rinda su informe ante el consejo universitario, habrá muchas razones para que María Lilia sonría a plenitud.
Y muchos motivos para que ella y los universitarios se sientan orgullosos.