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jueves, noviembre 21, 2024

La pueril parábola de los comunistas devora-niños

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Para los militantes de derecha, sobre todo los no ilustrados o francamente ignorantes, que hay muchos y que están en cargos partidistas claves o son pilares ideológicos de sus corrientes, no hay peor ofensa que puedan proferir contra quien no piensa como ellos, que llamarlo “comunista”. 

Así, como si dijeran una grosería, lo hacen babeantes, salpicando saliva y encendidos de los ojos: “co-mu-nis-ta”. La verdad es que para la mayoría de los “ofendidos” eso puede resultar hasta un halago. 

Esa supuesta descalificación que hacen, la acompañan de imprecisiones sobre Karl Marx (no el auditorio de La Habana, sino el economista alemán), Vladímir Ilích Uliánov (Lenin), y ahora también contaminan sus referencias con Fidel Alejandro Castro Ruz, Hugo Rafael Chávez Frías y otros, que en estricto sentido ni el comunismo practicaron como ideología personal; fueron viles oligarcas. 

El tema viene a cuenta ahora que algunos panistas y de otros partidos, personajes de rancia derecha han venido descalificando, sin mucho conocimiento ni detalle metodológico y referencia, la edición 2023 de los Libros de Texto Gratuito. 

Entre los más descalificadores han estado el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Acción Nacional (PAN), Marko Antonio Cortés Mendoza, y los espacios “informativos” de Televisión Azteca, que han venido a querer “asustar” a los mexicanos que los ven, con el cuento tan viejo, tan utilizado, tan desgastado, de “¡cuidado, ahí vienen los comunistas!” 

Hay que decir que, en principio, la estrategia de la desinformación y la tergiversación de los días de la omnipresente televisión o el discurso del régimen en turno hoy no funciona. Funcionó en los años 60. Han pasado más de cinco décadas. 

Suena hoy tan, pero tan trasnochado acusar a alguien de comunista, porque seguramente las generaciones recientes, ya con la edad para presentarse a las urnas en 2024, poco o nada sabrán de la referencia real del comunismo, pero tampoco de la referencia simbólica y menos de la descalificatoria, que utilizaron por todo el mundo los regímenes de derecha, en los años 60 y 70. 

Evocar hoy al comunismo para intentar ofender al adversario político y ganar adeptos es tan pueril como el cuento de El Coco, el monstruo imaginario que se aparece a los infantes que no se quieren ir a dormir y que es un devora-niños. 

En medio de todo esto, que debiera estar causando hilaridad a los medianamente ilustrados, vino a la mente una parábola que sobre su infancia, en su norteño Zacatecas (el norte comienza en Fresnillo), que ha relatado en algunas ocasiones, el senador con licencia y hoy aspirante a la candidatura presidencial de Morena, Ricardo Monreal Ávila. 

La narración está acuñada en su seno familiar: “mi madre, quien ya murió era cabeza de 14 hijos. Éramos campesinos… y para asustarnos cuando no queríamos dormir, nos decía: ‘sigue así y van a venir los comunistas por ti’. 

“Le pregunté a mi abuela Dominga —sigue Monreal— y le decía: ‘¿abuela, por qué la amenaza con los comunistas?’ Y decía es que se comen a los niños”. 

Así hoy. 

Así siempre. 

Así los rústicos de derecha. 

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