La esencia del obradorismo poblano, la que ha acompañado en el estado el proyecto de Claudia Sheinbaum Pardo a la Presidencia de la República, es la misma que cobija a Julio Miguel Huerta Gómez en su aspiración de llegar a la candidatura de Morena a la gubernatura.
Eso lo convierte en una opción potente que, además, desde su irrupción, hace unos cuantos meses en las mediciones demoscópicas locales, ha desbancado ya a otros personajes y se ha convertido, en varias encuestas, en el segundo lugar de las posibilidades masculinas a 2024.
Yerran mucho quienes suponen que una vez que Julio Huerta ha dejado la titularidad de la Secretaría de Gobernación estatal quedará debilitado; es todo lo contrario.
Ahora aparecerá como un aspirante con dientes y margen de maniobra amplio, sin ataduras y sin limitaciones, en el derrotero que ha arrancado hacia la encuesta estatal del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
El pudor y la institucionalidad que debió guardar, como funcionario, el operador y coordinador de Sheinbaum Pardo en Puebla dejaron de ser un impedimento y ahora podrá responder con contundencia y asertividad a las descalificaciones, a la vez que podrá, con entera libertad, defender dos proyectos políticos que caminan en paralelo: el presidencial de Claudia Sheinbaum y el gubernamental de él.
Presidentes municipales, casi en pleno el gabinete, muchos funcionarios, muchos simpatizantes, operadores reales de tierra, militantes y la dirigencia estatal, entre otros, respaldaron este domingo en su acto de anuncio político a Julio Huerta.
Se trata del obradorismo poblano real y genuino, ese que no simula y que no se arrima a un personaje o aspirante, por el dinero que ofrece o por la promesa falsa de posiciones y negocios.
Mientras otras opciones se nutren de lo peor del pasado, de desertores del PRI, PAN, PRD y grupos de interés que le han hecho daño y han desprestigiado la vida pública de Puebla, a Julio Huerta lo respalda la verdadera Cuarta Transformación (4T) poblana, entre quienes también hay personajes con experiencia que antes, de manera natural, tuvo espacio en otras opciones.
Esa es la diferencia que ofrece Huerta y esa es la razón del porqué se han soltado las descalificaciones endemoniadas, sin la capacidad de analizar que ese cúmulo representa una fuerza política real que despreciaba, por simuladoras, a otras opciones.
Hay una gran carga de lealtad y convicción genuina de quien lo brinda en el respaldo a Julio.
El ex titular de Gobernación estatal ha dado muestras de que es un operador político muy eficiente.
Claudia Sheinbaum ha encontrado en Puebla sus puntos climáticos y ha marcado la agenda nacional del respaldo a la jefa con licencia de Gobierno de la Ciudad de México.
A finales de octubre pasado, aquí la presidenciable logró reunir a más de 20 mil asistentes. Luego varios estados se pusieron a trabajar y desbordaron esa cifra.
Pero vino el 3 de junio y reunió a más de 55 mil personas. La amargura cubrió a otros presidenciables.
Los proyectos de ella y de Julio caminan paralelos. Eso duele en otras trincheras.
No, Julio ya no está en la Segob estatal.
Pero para sus adversarios esa no es una buena noticia. Por eso sufren.
Ahora está abiertamente en la contienda.